El precio del dólar dejó atrás ocho jornadas consecutivas al alza y retrocedió desde 995 hasta 986 pesos, de la mano de una estabilización de la moneda a nivel global y un repunte del cobre.
Para el mediano plazo, sin embargo, los fundamentos siguen apuntando hacia el encarecimiento y expertos esperan nuevos episodios de volatilidad.
Al menos por una jornada, el precio del dólar logró alejarse de la barrera de los mil pesos que, durante el mes de julio, entre otros factores llevó al Banco Central a implementar una intervención que estabilizara al tipo de cambio.
Ayer, en una sesión que no estuvo exenta de volatilidad, la moneda estadounidense quebró una tendencia de ocho jornadas consecutivas al alza, y se tomó un respiro, con una caída desde $995 hasta $986.
Siguen siendo niveles elevados, y si bien hubo un impulso alcista para el peso por el lado del cobre, que tuvo un leve repunte del 0,35% y el dólar se estabilizó en su cotización internacional, sería -según expertos- un movimiento transitorio.
Así lo explican Ricardo Consiglio de Zurich AGF y Benjamín Castillo de XTB Latam, que ven en esta corrección un movimiento lógico, considerando la marcada reacción del lunes, donde hubo un salto de casi treinta pesos.
Hay un consenso en el mercado respecto a que, en el corto plazo, las presiones para el peso chileno siguen siendo alcistas, y muy sujetas a volatilidad. La moneda nacional enfrenta un escenario de inflación que no cede, tasas de interés que se siguen elevando e impactando cifras de actividad económica.
Por eso, Javier Mella de la Universidad de Los Andes no cree que el tipo de cambio vaya a ceder, manteniéndose sobre los $900.
Pese al respiro que tomó el peso chileno, los mercados estadounidenses terminaron con pérdidas tras conocer datos del sector inmobiliario y de la confianza de los consumidores, que reavivaron las expectativas de una mayor persistencia de la inflación.