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Israel y Hamás alcanzaron un acuerdo histórico que busca poner fin a meses de enfrentamientos en la Franja de Gaza. El pacto, ratificado por el gabinete israelí y con respaldo de ambas partes, contempla un alto al fuego, la entrega de prisioneros y el retiro progresivo del ejército israelí desde zonas de Gaza. Según explicó el analista internacional Guillermo Holzmann, este primer paso marcaría el inicio de un proceso más amplio que incluye la entrega de armas por parte de Hamás y la consolidación de un nuevo marco de negociación regional.
El origen del acuerdo se remonta a la creciente tensión tras un ataque en Doha, Qatar, que generó alarma en Medio Oriente y motivó la intervención diplomática de Estados Unidos, Rusia y China. Holzmann detalló que Donald Trump logró reunir en Naciones Unidas a los principales líderes de la región para impulsar un plan de 20 puntos mediado por Egipto, Qatar y Turquía. La presión internacional permitió alcanzar un consenso que evite una escalada bélica y busca estabilizar la zona bajo garantías multilaterales.
Para Holzmann, la intervención de Trump representa un 80% de la presión política que condujo al acuerdo, con un 20% de influencia repartida entre las potencias participantes. Estados Unidos, dijo, actúa por interés estratégico: mantener su influencia en Medio Oriente y evitar que la región adquiera una autonomía que desafíe su hegemonía. La credibilidad del proceso, agregó, descansa más en la figura de un país (Estados Unidos) que en el sistema internacional o en organismos multilaterales, lo que también reconfigura el orden global.
El analista advirtió que este pacto no solo redefine la política de Medio Oriente, sino también la correlación de poder mundial. A su juicio, Estados Unidos se consolida como actor dominante, seguido por Rusia, China e India, potencias con capacidad nuclear y altos intereses tecnológicos y económicos. Holzmann señaló que el acuerdo podría abrir una etapa de cooperación en temas como la explotación de recursos submarinos y espaciales, al tiempo que refuerza el liderazgo estadounidense y deja en evidencia las dificultades de Europa para mantener una posición autónoma frente a la crisis energética y las tensiones con Rusia.