Samuel Fernández: "Un embajador no tiene derecho a opiniones personales en el ejercicio de su cargo"
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Micol Parra

Periodista de RBB en Santiago

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El exembajador, analista internacional y académico de la Universidad Central, Samuel Fernández, abordó en entrevista con Néstor Aburto la polémica protagonizada por la embajadora de Chile en Nueva Zelanda, Manahi Pakarati, tras una publicación en redes sociales sobre la autodeterminación de Rapa Nui que derivó en una reprimenda formal de Cancillería.

Fernández sostuvo que este tipo de episodios tiene implicancias que van más allá de lo comunicacional. “Todo lo que diga un embajador trae consecuencias internacionales”, afirmó, subrayando la responsabilidad asociada a la representación del Estado.

Opiniones personales y límites diplomáticos

El exdiplomático fue enfático en señalar que determinadas conductas no pueden ser admitidas. “Hay algunas posiciones que no pueden ser permitidas por una cancillería profesional”, dijo, precisando que esas corresponden a “opiniones personales”.

“Un embajador no tiene derecho a tenerlas, salvo en el ámbito sumamente privado”, recalcó. En ese sentido, explicó que quien ejerce una misión diplomática “representa al gobierno y al Estado”, por lo que debe ceñirse estrictamente a las instrucciones oficiales.

Fernández recordó que Pakarati es funcionaria de carrera y fue formada bajo esos principios. “Lo primero que se enseña es que usted nunca más tiene opiniones propias en representación del país”, señaló, agregando que el rol del diplomático es “preguntar, consultar y pedir instrucciones”.

Riesgos para la integridad territorial

El académico advirtió que lo más delicado del episodio es el impacto institucional. “Lo que más me preocupa es que se actúe en una política riesgosa para la integridad territorial del país”, afirmó.

Recordó que Rapa Nui “pertenece al territorio chileno desde hace casi 140 años” y sostuvo que, si bien pueden existir debates sobre gestión o desarrollo, “de ninguna manera puede considerarse algo de separatismo o desunión del país”.

A su juicio, ante situaciones de este tipo deben aplicarse dos niveles de acción. “Se deben tomar medidas correctivas y, además, dejar muy claro que Chile no avala esta postura”, indicó, advirtiendo que estos gestos pueden ser utilizados por actores internacionales.

Carrera diplomática y designaciones

Fernández planteó que el caso es excepcional y defendió la formación de la diplomacia chilena. “Todos los demás actúan de acuerdo a la enseñanza y las instrucciones que se reciben”, afirmó.

Consultado por las designaciones políticas, sostuvo que el ideal es mantener un equilibrio. “En general, el ideal es que un 80% de los embajadores sea de carrera y un número limitado sea político”, explicó, reconociendo que el Presidente tiene la facultad de nombrar representantes de su confianza.

En el cierre, el exembajador remarcó que la diplomacia exige profesionalismo permanente. “La diplomacia está para mantener todos los canales abiertos”, concluyó, enfatizando que ese trabajo requiere preparación, prudencia y apego irrestricto a la posición oficial del Estado.

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