La tensión entre Estados Unidos y Venezuela crece mientras una poderosa fuerza militar norteamericana permanece frente a las costas del país caribeño. Se trata de un despliegue naval y aéreo que coincide con masivas movilizaciones chavistas en Caracas y con advertencias del presidente Nicolás Maduro, quien afirmó que esta es “una situación decisiva para la existencia de la República”.

En medio de ese escenario, Tomás Mosciatti conversó con Luis Alberto Villamarín, coronel en retiro del Ejército de Colombia y autor de varias obras de geopolítica y estrategia. El especialista analiza el panorama militar y político que enfrenta Venezuela en estos momentos.

Villamarín sostuvo que los movimientos ya superan una fase preliminar. A su juicio, hubo un “despliegue militar impresionante” que marca el inicio del contacto, junto con operaciones de reconocimiento que incluyen hundimientos de embarcaciones y sobrevuelos cerca del territorio venezolano. Según explicó, estos hechos anticipan la siguiente etapa: “Estamos pasando prácticamente a la etapa del ataque coordinado.” 

¿Una futura guerra?

El militar planteó que ese eventual ataque no implicaría necesariamente una guerra terrestre. Cree más probable una acción a distancia, especialmente si ocurre una fractura interna del llamado cartel de los soles. En ese caso, Estados Unidos podría golpear “las bases estratégicas” de Venezuela y los campamentos del ELN, las FARC y organizaciones del narcotráfico. Su evaluación es tajante: “De una u otra manera va a haber sangre en Venezuela, y lo que se está buscando es que sea lo menos sangriento posible.”

Villamarín recordó que el presidente Donald Trump declaró que quiere terminar guerras, pero estimó que esa afirmación no se condice con los hechos. Aseguró que el mandatario norteamericano “habla demasiado, se autoelogia demasiado” y no logra cerrar los conflictos que menciona. 

Sobre estas lanchas, el entrevistado afirmó que sí corresponden a organizaciones delictuales y describe cómo operaría la inteligencia estadounidense: chips ocultos en cargamentos de cocaína permitirían seguir la ruta y destruir los navíos en el mar.

El especialista también explicó por qué los ataques son de carácter cinético. Se trata de cargas explosivas diseñadas para hundir embarcaciones sin generar destrucción masiva, lo que permite mantener controlados los daños y evitar revelar métodos de inteligencia.

Respecto al eventual ataque de Estados Unidos, Villamarín imaginó un uso limitado del enorme poder militar desplegado. Planteó que el portaaviones actuaría como “una espada de Damocles” sobre el círculo de Maduro. Si surge una rebelión interna, ese poderío podría dirigirse contra campamentos guerrilleros, infraestructura del narcotráfico y objetivos vinculados al régimen: “No sería mucha la resistencia que podría presentar Venezuela.”

Consultado sobre si Estados Unidos busca matar a Nicolás Maduro, lo descartó. Señaló que llevarlo al nivel de mártir no convendría a Washington y aseguró que el objetivo es “derrocar el régimen” para reorganizar el tablero geopolítico y limitar la influencia de China y Rusia en la región.