Durante los últimos tres años el Instituto de Salud Pública ha recibido tres denuncias por la venta de la toxina botulínica, más conocida como “botox”, sin contar con registro sanitario.
La última fue a inicios de 2022, la que dio pie a una investigación liderada por la Bridesma de la PDI. Los productos eran comercializados por redes sociales y Mercado Libre.
Expertos advierten de los riesgos de utilizar productos sin la respectiva certificación, los que pueden ir desde alergia hasta supuraciones.
Revisa la entrevista a Sergio Muñoz, Jefe del Subdepartamento de fiscalización del ISP.
“En el tema de la belleza viene hace tiempo detectándose situaciones irregulares: autorizaciones de establecimiento y profesionales, y el producto en sí que se va a administrar. El medicamento tiene que tener un registro sanitario. Las personas deben exigir revisar el producto, que le verifiquen el registro sanitario, el paciente puede hacer búsqueda en el sitio del ISP para saber si tiene registro vigente”.
“Hay contrabando, empresas y personas declaran una cosa y traen otra. Es una actividad que tiene que estar vigilada, pero lo ingresan o declaran como dispositivo médico “una jeringa de relleno”. Encontramos productos que no están registrados en el país, que tienen la misma figura. Los detectamos cuando están siendo ofrecidos o utilizados por las personas”.
“Ha habido un aumento en el uso y el comercio ilegal de medicamentos, no se escapa el mundo de la belleza donde los costos no son bajos pero la oferta es alta”.
“Nos hemos encontrado con medicamentos falsificados, ejemplo para bajar de peso que tienen cafeína y no principios activos. El mercado ilegal es bastante atractivo, no necesariamente tienen el producto. Al no saber que contiene nos puede producir daño”.
“Fiscalizamos páginas web, redes sociales, es importante las denuncias que puede hacer la población, los datos de la comunidad. Activamos las funciones en conjunto a la PDI. Su denuncia es importante.