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El músico, compositor y actor cubano Dámaso Pérez Prado llegó al mundo en Matanzas, donde inició un camino que lo llevó a convertirse en figura central del mambo.

Del Caribe a la consagración internacional

En los años 40 trabajó en varias orquestas de La Habana y pasó un breve periodo como pianista de la Sonora Matancera. En 1948 se instaló en Ciudad de México para tocar en un club nocturno, y su éxito lo llevó a filmar Al son del Mambo.

Más tarde viajó a Los Ángeles para animar un baile en una comunidad llena de mexicanos. Ese impulso abrió una gira por Estados Unidos y un contrato exclusivo con RCA.

En poco tiempo escribió tantos mambos que comenzó a numerarlos. Entre ellos destacaron el mambo Nº 5 y el Nº 8. También logró un hito: Cerezo rosa se convirtió en el primer tema de un artista latino en alcanzar el número uno de Billboard durante 26 semanas.

Cuando firmó con RCA, incorporó músicos estadounidenses, pero mantuvo la percusión en manos de cubanos. En 1958 compuso Patricia, pieza que Federico Fellini usó en La Dolce Vita. Igor Stravinsky lo definió como un “genio de la música moderna”.

Pérez Prado se nacionalizó mexicano en 1980 y pasó allí sus últimos años. Murió en Ciudad de México el 14 de septiembre de 1989, a los 72 años.

En este video, Nibaldo Mosciatti cuenta el ascenso musical del cantante cubano Dámaso Pérez Prado quien nació un 11 de diciembre de 1916.