El 11 de agosto de 1888, Valparaíso vivió una de sus tragedias más recordadas: el colapso del embalse Mena. La obra, construida por Nicolás Mena en el cerro Florida para abastecer de agua a parte de la población y a sus fábricas, se rompió a las ocho de la mañana, liberando una avalancha de agua, barro, troncos y piedras que descendió con fuerza hacia el centro de la ciudad.
Un mar de barro y piedras arrasó con el corazón de Valparaíso.
El embalse, ubicado sobre el actual Camino Cintura, había acumulado unos 61 mil metros cúbicos de agua tras intensas lluvias. Los muros de contención, mal construidos o con material deficiente, cedieron repentinamente. Aunque un terraplén contuvo parte del torrente, la fuerza del agua arrasó calles, casas y plazas, dejando a su paso rocas de gran tamaño y toneladas de escombros.
La quebrada San Juan de Dios fue el cauce principal de la avalancha, afectando las calles Hierbas Buenas, General Mackenna, Salvador Donoso y Cóndor. Desde la Plaza de la Victoria hasta calle Esmeralda, el barro superó el metro de altura. Las crónicas de la época describieron el desastre como “más espantable que las tempestades de la naturaleza”.
El saldo fue devastador: 75 muertos y 300 heridos, muchos de ellos mutilados. Testimonios posteriores revelaron que el peligro había sido advertido por vecinos y autoridades, entre ellos Federico Santa María, pero las advertencias fueron ignoradas. El desastre pudo haberse evitado si se hubiera atendido a las alertas previas.
Cuarenta años después, Marcelo Mena, hijo de Nicolás, destinó su herencia para habilitar un hospital infantil, conocido como el Consultorio Mena. Así, la memoria del trágico colapso del embalse quedó unida para siempre a la historia de Valparaíso.
En este video, Nibaldo Mosciatti nos cuenta la historia del aluvión provocado por el colapso del Embalse Mena, que arrasó con Valparaíso.