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Un día como hoy, pero hace 283 años, José Manso de Velasco fundó la ciudad de Talca en la séptima región y la fundó con el nombre de San Agustín de Talca.
Las tierras elegidas pertenecían a la comunidad de San Agustín
¿Quién era este? Vilches había llegado a Chile con Alonso de Rivera más o menos en 1590 y había peleado en Arauco en las campañas de esos años. Según Gustavo Paso en su libro La ciudad de San Agustín de Talca, no tuvo que gastar muchos años Gil de Vilches y Aragón para llegar a ocupar una buena situación.
Por el año 1608 ya estaba erradicado la ribera del Maule y era dueño de las tierras de Talca o Talcamo, compuestas de mil cuadras, y que antes estuvieron ocupadas por los indios del pueblo de Duao. Vilches no tuvo descendencia y antes de morir, en 1641, nombró heredera a su esposa, indicando, eso sí, en su testamento, que cuando ella muriera sus terrenos y propiedades pasarían a manos de la comunidad de Agustina con la condición que diera los terrenos necesarios para cuando su majestad deseara fundar una ciudad o una villa en ese lugar. Así en el año 1651 el lugar pasó a ser justamente de los Agustinos.
La idea del capitán Vilches se convirtió en necesidad después del alzamiento indígena general de 1655. Debido a ese alzamiento, miles de emigrados del sur se refugiaron en la ribera norte del río Maule, al solo amparo y refugio de humildes tolderías. La situación desesperada de esa gente hizo pensar por primera vez en la idea de crear una ciudad en Talca, junto al fuerte de Duao.
El gobernador, Marín de Poveda, hizo en 1692 la tentativa de formar una villa, pero esta no prosperó. Recién en 1742, los Agustinos resolvieron dar parte de sus tierras para fundar una ciudad y cumplir así el encargo del capitán Vilches, el encargo que estaba en su testamento. Estando en Concepción, el gobernador Manso dio las instrucciones al nuevo corregidor del Maule, Juan Cornelio de Baeza, para que fundara una villa de españoles en las tierras donadas por los Agustinos.
Baeza, un viejo servidor público, no quiso adelantarse a hacer la fundación, sino que como buen vasallo, reservó el honor al gobernador del reino. Manso emprendió viaje al norte y llegó, desde Concepción, a las orillas del Maule el 12 de mayo de 1742. Ese mismo día, acompañado de Baeza y del prior del convento Agustino, tomó posesión de las tierras en el sitio de los Perales, a la parte sur del convento, en distancia de cuatro cuadras.
Ese lugar sería el centro de la nueva fundación, su plaza mayor y de donde arrancarían sus calles. Después, el gobernador continuó su viaje y ya, desde Santiago, le dio a Baeza las instrucciones a las que debía ceñirse para la fundación, en las que le decía que donara los solares en proporción a la esfera, méritos y familias de cada poblador y que su ubicación fuera dada de modo que los más distinguidos estuvieran más próximos a la plaza. Que construyan sus casas bajo pena de perder sus sitios, decía, y agregaba, y que el cura traslade a la nueva población la iglesia parroquial.
La nueva población, la población de Talca fundada ese 12 de mayo de 1742.