La actriz y docente Carolina Araya comparte los secretos del doblaje de películas y series

12 julio 2025 | 12:00

Actriz, directora, docente, Carolina Araya Bravo lleva 20 años haciendo doblaje de películas y series.

En conversación con Ana Josefa Silva y Marco Antonio de la Parra en “Del Fin del Mundo”, de Bio Bio TV, recuerda que todo comenzó en la Escuela, donde “estaba haciendo una de mis obras favoritas, Marat-Sade; yo era Marat y tenía mucho texto, monólogos hermosos de cinco o siete páginas, y la ayudante de ese curso, que era Lore Cruzat, también egresada de la escuela, en uno de los ensayos generales me dijo: “tienes super buena voz, ¿no has pensado en estudiar doblaje?”. Y yo: ¿Qué es eso? Y eso se hace en Chile?… Sí, se hace en Chile hace más de 40 años”.

Estaba terminando la carrera de teatro y empezó a hacer el curso. “Tuve la fortuna de que la profesora era Gianina Quiroz, que además era directora de una de las empresas de doblaje más importantes en Chile, que es DIN”.

Desde entonces hasta ahora ha puesto su voz para doblar producciones tan diversas como la bella película “La Carga más preciada”, estrenada hace poco en Chile, telenovelas turcas y la serie “Fargo” (“es mi favorita”, confiesa).

“He doblado japonés, alemán, algunos animé; también una serie china. En realidad no hay que saber el idioma necesariamente. Hay que tener oído. Es más fácil entenderlo como música. A lo largo de mi carrera como actriz de doblaje me he dado cuenta de que entenderlo de esa manera lo hace mucho más preciso: independiente de lo que diga el personaje es el cómo lo hace, más que lo que dice”.

“Todos los personajes “suenan”. Me gusta enseñarles eso a mis estudiantes: Cómo suena el personaje, no solo como habla. No hay que restringir el trabajo interpretativo solo a decir palabras”.

Agrega que “el lip syng es uno de los requisitos técnicos; es una abreviación de lip synchronization, la sincronía de labios de ese mono (así lo llamamos) del que tenemos referencia. Siempre tenemos la imagen y el texto. Trabajamos con esos tres elementos: imagen, texto traducido y el idioma original. Para el trabajo interpretativo uno de los requisitos es calzar, sobre todo en términos físicos y energéticos, nuestra voz con ese impulso físico que uno ve ahí”.