En Causa y Efecto conversamos del megaoperativo policial en cuatro regiones terminó con 12 funcionarios de Gendarmería detenidos, acusados de integrar una red que ingresaba y vendía droga dentro de las cárceles.
Las diligencias incluyeron allanamientos y coordinación con distintas unidades para frenar un circuito que involucraría a funcionarios, internos y sus vínculos externos.
En la conversación se advirtió que este caso no es aislado y refleja un problema estructural: el crimen organizado ya no sólo “acecha” a Gendarmería, sino que ha logrado permearla.
Se señaló que la cárcel es la frontera directa entre el Estado y las organizaciones criminales transnacionales, y que perder ese control sería un quiebre crítico para la seguridad del país.
También se planteó preocupación por el rol de algunas asociaciones de funcionarios, acusadas de proteger a gendarmes involucrados en ilícitos.
A la vez, se recordó que no solo existe corrupción, sino también extorsión a personal penitenciario, y que Chile ya ha expulsado a 92 funcionarios por estos hechos desde 2022.
Finalmente se subrayó que este fenómeno requiere una respuesta sistémica: fortalecer la selección y formación de gendarmes, aplicar regímenes diferenciados para criminales de alta peligrosidad y proteger a testigos y funcionarios amenazados.