Ética y transparencia de BioBioChile

Este martes se dará a conocer lo que va a pasar con el ministro Antonio Ulloa, conocido como “Toñito”, por buena parte de los ministros de la Corte Suprema y las cortes de apelaciones por el cariño que le tienen. Así está la cosa en el Poder Judicial.

Estas son las secuelas del llamado Caso Audio en la arista del Poder Judicial, donde hay algunos caídos en desgracia, otros como Ángela Vivanco recurrieron a tribunales internacionales y otros que se salvaron, como la ministra Lilian Leyton, que poco se sabe de ella siendo que en algún minuto reconoció su amistad con Luis Hermosilla.

Pero “Toñito” Ulloa, como le dicen los ministros, no es que lo dejaron solo. No será unánime la decisión acerca de si se va o se queda. Algunos decían este lunes que el pecado del ministro Ulloa fue ser amigo de muchos.

Una de las preguntas que caen es dónde está el límite cuando ejerces el poder. Puedes ser buena persona naturalmente, pero el ejercicio del poder puede llevar a que ejerzas ese poder y generes espacios de privilegio para algunos y desmedro para otros, que ante la misma situación no puede competir en las mismas condiciones.

En esos cargos no tienes otro camino, o eres responsable o eres irresponsable. Pero eso de andar ayudando a otros a juicio de Néstor Aburto, queda dentro de la irresponsabilidad incompatible de una magistratura como esa.

Ya en el camino, en el mundo judicial se comenta que algunos ya le tienen un puesto. Dicen que habría que mandarlo de fiscal judicial a Talca, cargo que tiene el mismo sueldo que un ministro de la Corte de Apelaciones. Este martes sabremos lo que ocurrirá con Antonio Ulloa.

El tema radica en el tema de la transparencia, en cómo los ministros de la Corte Suprema y los ministros de las cortes de apelaciones no han cuidado su rol, no han cuidado lo que les confiere la ley, que es actuar en derecho.

Sacaron a Verónica Sabaj, porque eso fue, la removieron, pero cuando uno ve los antecedentes de ella al lado de los de Antonio Ulloa, vale preguntarse por qué algunos piensan que Ulloa se tiene que quedar. A juicio de los datos que están en el informe, es mucho más grave lo de Ulloa.

Hay una pregunta que vale la pena hacer: ¿Cuántos de los ministros de la Corte Suprema llamaron a Antonio Ulloa al momento de ser nominados para llegar a ese sillón? ¿Ese es realmente el amarre que hay para eventualmente querer salvarlo por la cuenta mínima?

Hermosilleo o tráfico de influencias en el Poder Judicial

El amiguismo o tráfico de influencias no es nuevo. En el sistema antiguo no sabemos si era pero, pero con los actuarios de intermedio todo se oscurecía. Hoy hay mayor transparencia, mayor capacidad de pesquisas. No queremos idealizar el pasado, pero no porque en el pasado se hayan hecho algunas cosas, son aceptables que se hagan hoy.

Jueces probos también ha habido siempre, incluso en las peores condiciones. Uno de ellos es Adolfo Bañados, que fue el juez que le tocó ni más ni menos que el caso de los Hornos de Lonquén. Él nunca dio una entrevista, incluso después de jubilado. Él decía ahí están mis sentencias y ese soy yo como juez, ni mi vida personal ni mi afición al piano, nada de eso cuenta.

Lo que ha ocurrrido al parecer es que se ha perdido el pudor. Cosas que antes se hacían de manera más solapada, hoy se exhiben en redes sociales y entrevistas. También hay que decir que hay que mayor capacidad de transparentar los casos.

El ministro Blanco será juzgado en la historia por sus decisiones y la crisis que le ha tocado enfrentar. Aterrizó con el Caso Audio.

Dicho lo anterior hay que hacer algunas preguntas para transparentar cómo está la situación hoy: ¿Cuántos otros Hermosilla andan Hermosilleando por los tribunales de justicia? ¿Cuántos abogados se dedican al hermosilleo en los llamados telefónicos, o en las relaciones entre jueces, abogados y otros?

Lo que llamamos Hermosillear es lo que tradicionalmente se califica como tráfico de influencias.

*Texto basado en el espacio de opinión Causa y Efecto de Radiograma Tarde.