La discusión sobre el voto obligatorio se aprobó en la Cámara de Diputados y pasó al Senado, pero sin sanción, lo que lo convierte finalmente en un voto voluntario.
El debate está muy influido por el cálculo político e iría cambiando según la vereda de quien gobierne. No es respecto a una buena democracia, o que sean las ideas las que convoquen.
La derecha acusa que el actual oficialismo hace unos años estaba peleando porque los extranjeros pudieran votar. Esos argumentos hoy se fueron a la basura.
Puede ser un debate democrático, sí, pero es relevante poner todos los antecedentes sobre la mesa. Es decir, si un voto extranjero fuerte ayuda a un proyecto político, ese sector estaría defendiendo el voto y sus opositores en contra.
Actualmente se percibe que es la oposición quien se ve beneficiada por el voto extranjero y al revés, el oficialismo afectado. Desde ahí vienen las posiciones actuales.
Estamos a tres meses de las elecciones y el Servel ya está trabajando con un padrón obligatorio, el único punto es la duda de si es que no hay sanción, la ciudadanía se verá estimulada para ir a votar.
¿Que debería pasar en el Senado en los próximos días? Debería reponerse la multa y eso es lo que debería avanzar como proyecto de ley.
Uno de los puntos en discusión es la capacidad de los Juzgados de Policía Local de cursar las eventuales multas para quienes no vayan a votar y no lo justifiquen.