Podemos comentar varias cosas, podemos mencionar algo de lo ocurrido ayer en Argentina con el tema de las hinchadas, si hablo de hinchadas en plural, porque más allá, efectivamente, nada justifica que haya gente que sea linchada, porque eso fue lo que ocurrió.

 Bueno, también hay que hablar de que la génesis estuvo por el mal comportamiento de algunos hinchas de Chile, digámoslo. 

Y esto es transversal en el fútbol, porque hay una especie de pulsión donde para algunos ser hincha es efectivamente cometer delitos. O sea, avasallar al otro y, si encuentra a un rival solo, sacarle la mugre. Eso es como sería la demostración del buen hincha, para algunos…

Pero quiero decir que esto ocurre desde ya demasiado tiempo, que hay una complicidad evidente de buena parte de la dirigencia.

Ha habido también, y también hay que decirlo, una especie de tolerancia implícita, y más que implícita, de buena parte de la prensa deportiva durante mucho, mucho tiempo, alentando, digamos, el fervor de ciertas barras. 

Y también lo otro que ha ocurrido es que a esta altura uno no sabe si hay complicidad de algunos sectores de la dirigencia, y estoy hablando de algunos sectores de estas hinchadas, que son delincuentes, o si a esta altura están simplemente amedrentados y no saben cómo hacerles frente, que también puede ser. 

Pero la normalización de la violencia en el fútbol, como en otras partes también, hay que decirlo, probablemente vaya un poquito de la mano, es evidente.

Y hoy día, en las denominadas barras bravas, hay un porcentaje significativo de quienes allí participan, que en realidad son delincuentes, trafican droga, machetean, amedrentan, y todo eso ocurre ante la mirada pasiva de un espectáculo que atrae a mucha gente, que genera mucha, mucha plata, pero que no es capaz de ponerse los pantalones frente a ciertas situaciones.

Y ayer probablemente las personas, los hinchas de la Universidad de Chile que fueron los agredidos son los pacíficos, los que no tienen el hábito de saber cuándo arrancar, porque esos, que fueron los que dejaron, empezaron tirando cosas para abajo, probablemente muchos de esos ya no estaban en ese momento, alcanzaron a escapar, y los que se quedaron arriba esperando además, que esto era la policía argentina que no lo hizo, y aquí hay una actitud criminal de la policía transandina por no actuar ante hechos evidentes. 

En Argentina esto me imagino que será tema, o sea, un contingente policial que simplemente se cruza de brazos mientras están linchando a personas, a mí me parece eso increíble, y no he escuchado nada respecto a la responsabilidad de la policía por no haber sabido, ni siquiera no haber sabido mantener el orden, ni haber intentado mantener el orden.

Entonces, esos hinchas, probablemente los que fueron más agredidos, eran los que no estaban en esta lógica, y que, por lo tanto, no intentaron arrancar. No sabían cómo arrancar, estaban viendo fútbol, y de repente se encontraron con estas agresiones muy muy violentas. 

Pero la degradación del fútbol es tal, que ya no sé si es un gran espectáculo, pero será por eso, no sé, que uno ve a tanta gente que ve fútbol por televisión a esta altura, porque ir al estadio efectivamente es una peripecia.

Revisa el análisis completo en el video.