Tras las precipitaciones y fuertes ráfagas de viento registradas en durante la semana pasada, cientos de miles de clientes sufrieron corte de luz, concentrándose la mayor cantidad de afectados en la Región Metropolitana.
Más allá de que se trató de un fenómeno bastante excepcional, ocurrió que aquellos que tienen responsabilidad por el complejo escenario que se ha generado, le han echado la culpa a otros.
Si bien han quedado en evidencia, una vez más, una serie de problemas como la sobrecarga de los tendidos eléctricos y falta de mantención, quienes quedaron más expuestos y han sido blanco de las críticas más severas son las empresas de energía eléctrica, quienes han tardado mucho más de lo razonable en la reposición.
Uno de los aspectos que probablemente ha provocado mayor indignación en los clientes afectados es la falta de comunicación por parte de Enel y otras.
Asimismo, el asunto de los árboles dañados que terminaron cayendo sobre los cables también ha generado un debate relevante en torno a cuáles son las medidas que se deben tomar y quiénes son los que deben asumir esa labor.
Lo que ya no se hizo
Queda la sensación de que ya no se hizo una adecuada planificación de la ciudad, a lo que se suma el crecimiento inorgánico con kilométricos tendidos eléctricos. No obstante, lo que queda de aquí en adelante es hacerse cargo y cumplir las normativas vigentes para poder abordar este tipo de emergencias.
Es pertinente recalcar que cuando se “echa a perder” un cable, las compañías proceden a sumar uno más y amarrarlo en vez de retirarlo. Es una solución parche, de corto plazo, que no nos prepara para el próximo evento.