Efemérides: El 22 de abril de 1997, el ex presidente Fujimori ordena la Operación Chavín de Huántar

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Detonaciones, disparos, explosiones. Eso fue lo que sucedió el 22 de abril de 1997 cuando el ex presidente peruano, Alberto Fujimori, ordenó el asalto a la casa del embajador de Japón en Lima con la intención de liberar a 72 rehenes detenidos por más de 120 días, por miembros armados del movimiento Tupac Amaru.

Todo inició el 17 de diciembre de 1996, día en que catorce miembros del Tupac Amaru dirigidos por Néstor Cerpa se disfrazaron de mozos y proveedores de una empresa de eventos.

De esta forma, se introdujeron en la casa del embajador japonés Morihisa Aoki donde se realizaba una recepción en honor al cumpleaños del emperador japonés.

Los miembros de Tupac Amaru tomaron a 490 personas como rehenes, después de lo cual acordaron liberar a 170 mujeres e invitados de edad avanzada. No obstante, declararon que iban a matar a los otros 220 si sus demandas no eran satisfechas.

Así empezaron a pasar los días y meses de duras negociaciones, tensión e incertidumbre. Fueron tantas las negociaciones que ya en abril del año 1997 solo quedaban 72 rehenes.

Incluso se negoció la salida a Cuba o a República Dominicana de los catorce guerrilleros, más una jugosa suma de dinero.

Al final no se concretó nada, ya que en paralelo el gobierno estaba diseñando en paralelo la Operación Chavín de Huántar, que era para rescatar a los rehenes.

Ese 22 de abril a las 15:17 horas de la tarde, Fujimori dio la orden. Seis minutos después, 140 miembros de fuerzas especiales de la policía y el ejército iniciaron el rescate a través de un túnel que había sido excavado bajo la casa del embajador japonés.

De inmediato, tres cargas explosivas reventaron casi simultáneamente en tres habitaciones del primer piso. Los rehenes supieron que se iba a realizar este rescate solo diez minutos antes, y recibieron instrucciones muy concretas para cuando irrumpieran las fuerzas especiales.

Los guerrilleros fueron sorprendidos cuando diez de ellos jugaban un partido de futbolito en el salón. Solo cuatro de ellos hacían guardia.

Ocho de los catorce guerrilleros fueron muertos de inmediato, otro grupo de soldados atacó desde varias direcciones abrumando a los miembros del Tupac Amaru que quedaban.

Después de media hora del inicio de la operación, un soldado retiró la bandera de Tupac Amaru que ondeaba en la casa del embajador. Fue una escena emblemática que se repitió por meses.

Todos los rebeldes, incluido su líder Nestor Cerpa, murieron. Se acusó que algunos de ellos se entregaron con vida y que fueron ejecutados por las fuerzas policiales de inmediato.

Dos soldados de las fuerzas especiales especiales y solo uno de los rehenes también fallecieron. El rehén era el juez de la Corte Suprema, Carlos Giusti.

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Detonaciones, disparos, explosiones. Eso fue lo que sucedió el 22 de abril de 1997 cuando el ex presidente peruano, Alberto Fujimori, ordenó el asalto a la casa del embajador de Japón en Lima con la intención de liberar a 72 rehenes detenidos por más de 120 días, por miembros armados del movimiento Tupac Amaru.

Todo inició el 17 de diciembre de 1996, día en que catorce miembros del Tupac Amaru dirigidos por Néstor Cerpa se disfrazaron de mozos y proveedores de una empresa de eventos.

De esta forma, se introdujeron en la casa del embajador japonés Morihisa Aoki donde se realizaba una recepción en honor al cumpleaños del emperador japonés.

Los miembros de Tupac Amaru tomaron a 490 personas como rehenes, después de lo cual acordaron liberar a 170 mujeres e invitados de edad avanzada. No obstante, declararon que iban a matar a los otros 220 si sus demandas no eran satisfechas.

Así empezaron a pasar los días y meses de duras negociaciones, tensión e incertidumbre. Fueron tantas las negociaciones que ya en abril del año 1997 solo quedaban 72 rehenes.

Incluso se negoció la salida a Cuba o a República Dominicana de los catorce guerrilleros, más una jugosa suma de dinero.

Al final no se concretó nada, ya que en paralelo el gobierno estaba diseñando en paralelo la Operación Chavín de Huántar, que era para rescatar a los rehenes.

Ese 22 de abril a las 15:17 horas de la tarde, Fujimori dio la orden. Seis minutos después, 140 miembros de fuerzas especiales de la policía y el ejército iniciaron el rescate a través de un túnel que había sido excavado bajo la casa del embajador japonés.

De inmediato, tres cargas explosivas reventaron casi simultáneamente en tres habitaciones del primer piso. Los rehenes supieron que se iba a realizar este rescate solo diez minutos antes, y recibieron instrucciones muy concretas para cuando irrumpieran las fuerzas especiales.

Los guerrilleros fueron sorprendidos cuando diez de ellos jugaban un partido de futbolito en el salón. Solo cuatro de ellos hacían guardia.

Ocho de los catorce guerrilleros fueron muertos de inmediato, otro grupo de soldados atacó desde varias direcciones abrumando a los miembros del Tupac Amaru que quedaban.

Después de media hora del inicio de la operación, un soldado retiró la bandera de Tupac Amaru que ondeaba en la casa del embajador. Fue una escena emblemática que se repitió por meses.

Todos los rebeldes, incluido su líder Nestor Cerpa, murieron. Se acusó que algunos de ellos se entregaron con vida y que fueron ejecutados por las fuerzas policiales de inmediato.

Dos soldados de las fuerzas especiales especiales y solo uno de los rehenes también fallecieron. El rehén era el juez de la Corte Suprema, Carlos Giusti.