Respecto de algunos mecanismos para responder al diagnóstico, hay acuerdo. Respecto de otros, no lo hay. Transparentar estas legítimas diferencias, conversarlas, intentar persuadir o ceder, según el caso, es urgente. Y mientras antes, mejor. Una primaria entre estas tres derechas -y las acaloradas discusiones en buena hora posibilitadas por ella- permitiría, sin duda, que el proyecto de la derecha llegue en mejor pie a noviembre. Adelantar la conversación sobre qué une y qué distancia a las tres derechas en juego sólo puede traer beneficios para Chile. ¿Qué estamos esperando?