El Muro de Berlín

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El 29 de mayo de 1994 falleció en tierra chilena el dictador de Alemania Oriental Erich Honecker. La situación resultaba absolutamente imprevisible años antes, cuando el Muro de Berlín separaba a las dos Alemanias y el propio Honecker aparecía como una figura poderosa. Hombre de la Guerra Fría, tan decidido como implacable, le correspondió ser el “arquitecto” del Muro y la persona cuyo poder se acabaría con la caída de ese símbolo.

El libro de Dionisio Garzón, El Muro de Berlín. Final de una época histórica (Instituto Res Publica, 2014), 214 páginas, y que cuenta con un Prólogo de quien habla, es un excelente libro para aproximarse a conocer esa historia signada por las separaciones y la muerte, que marcó la política internacional durante casi tres décadas y que fue el símbolo del totalitarismo y una imagen física de la Cortina de Hierro inmaterial a la que se había referido Winston Churchill en 1946. Para entonces Berlín era una ciudad dividida, tras la Segunda Guerra Mundial, que daría paso a dos Alemanias: la RDA, comunista y de la órbita soviética, y la República Federal, en el sector occidental, con democracia política y un sistema económico libre.

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El 29 de mayo de 1994 falleció en tierra chilena el dictador de Alemania Oriental Erich Honecker. La situación resultaba absolutamente imprevisible años antes, cuando el Muro de Berlín separaba a las dos Alemanias y el propio Honecker aparecía como una figura poderosa. Hombre de la Guerra Fría, tan decidido como implacable, le correspondió ser el “arquitecto” del Muro y la persona cuyo poder se acabaría con la caída de ese símbolo.

El libro de Dionisio Garzón, El Muro de Berlín. Final de una época histórica (Instituto Res Publica, 2014), 214 páginas, y que cuenta con un Prólogo de quien habla, es un excelente libro para aproximarse a conocer esa historia signada por las separaciones y la muerte, que marcó la política internacional durante casi tres décadas y que fue el símbolo del totalitarismo y una imagen física de la Cortina de Hierro inmaterial a la que se había referido Winston Churchill en 1946. Para entonces Berlín era una ciudad dividida, tras la Segunda Guerra Mundial, que daría paso a dos Alemanias: la RDA, comunista y de la órbita soviética, y la República Federal, en el sector occidental, con democracia política y un sistema económico libre.