La paz: un grito de alerta

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Por Alejandro San Francisco
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La Primera Guerra Mundial cambió la historia de Europa para siempre. Pocos –o quizá nadie– imaginaron la carnicería que se iniciaría tras el asesinato del príncipe heredero del Imperio Austro Húngaro, el archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía, en Sarajevo, el 28 de junio de 1914. Sin embargo, apenas un par de meses después, comenzó una rápida ola de reclutamiento y movilización, que llevó a los ejércitos de las principales potencias europeas a prepararse para combatir en los campos de batalla, como tantas veces en la historia, pero de una manera mucho más larga, dramática y letal. Ese conflicto bélico se extendió por cuatro años, involucró a numerosas potencias europeas y dejó millones de muertos y heridos, en una guerra como nunca antes se había visto.
La época precedente –la del largo siglo XIX– había estado marcada por una creciente contradicción.

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La Primera Guerra Mundial cambió la historia de Europa para siempre. Pocos –o quizá nadie– imaginaron la carnicería que se iniciaría tras el asesinato del príncipe heredero del Imperio Austro Húngaro, el archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía, en Sarajevo, el 28 de junio de 1914. Sin embargo, apenas un par de meses después, comenzó una rápida ola de reclutamiento y movilización, que llevó a los ejércitos de las principales potencias europeas a prepararse para combatir en los campos de batalla, como tantas veces en la historia, pero de una manera mucho más larga, dramática y letal. Ese conflicto bélico se extendió por cuatro años, involucró a numerosas potencias europeas y dejó millones de muertos y heridos, en una guerra como nunca antes se había visto.
La época precedente –la del largo siglo XIX– había estado marcada por una creciente contradicción.

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