"Seguimos": La obstinación presidencial

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La obstinación tiene algo de valentía y algo de irracionalidad. Algo de una necesaria confianza en sus propios medios, y algo de porfía irreflexiva.

El problema es que un gobierno en crisis no puede ser obstinado, simplemente no se puede. Porque un presidente obstinado en cumplir su programa sin modificaciones significativas luego del modo en que la propuesta de la Convención se rechazó, significa acrecentar la ingobernabilidad.  

La estrategia de seguir adelante, cueste lo que cueste, tiene sentido en política, pero no siendo presidente. Un presidente serio no puede jugar permanentemente al tira y afloja. No puede darle tanto énfasis en hablarle a los suyos, porque también es presidente de los otros.  

El segundo problema de la estrategia del “Seguimos” es la idea que hay detrás. Si se continúa por ese camino pensando que el Rechazo se trató solamente de lapsus temporal frente a cambios a los que aparentemente estaríamos determinados, jamás se podrá comprender, y por lo tanto, conducir al país.

No hay un solo camino. No es que estemos determinados a seguir hacia donde el Frente Amplio indique, y que el Rechazo solo significó un alto en el camino.

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La obstinación tiene algo de valentía y algo de irracionalidad. Algo de una necesaria confianza en sus propios medios, y algo de porfía irreflexiva.

El problema es que un gobierno en crisis no puede ser obstinado, simplemente no se puede. Porque un presidente obstinado en cumplir su programa sin modificaciones significativas luego del modo en que la propuesta de la Convención se rechazó, significa acrecentar la ingobernabilidad.  

La estrategia de seguir adelante, cueste lo que cueste, tiene sentido en política, pero no siendo presidente. Un presidente serio no puede jugar permanentemente al tira y afloja. No puede darle tanto énfasis en hablarle a los suyos, porque también es presidente de los otros.  

El segundo problema de la estrategia del “Seguimos” es la idea que hay detrás. Si se continúa por ese camino pensando que el Rechazo se trató solamente de lapsus temporal frente a cambios a los que aparentemente estaríamos determinados, jamás se podrá comprender, y por lo tanto, conducir al país.

No hay un solo camino. No es que estemos determinados a seguir hacia donde el Frente Amplio indique, y que el Rechazo solo significó un alto en el camino.