La violenta muerte de Marisol Vásquez, de 24 años, una ciudadana de nacionalidad dominicana (pero de padres colombianos), ha provocado impacto por la brutalidad con que actuó el responsable, dardos que apuntan a su conviviente, un hombre de más de 40 años que permanece prófugo.
El personal de la Brigada de Homicidios prolongó este miércoles sus pesquisas en el lugar del crimen, una habitación situada en medio de un edificio casi desocupado, al que se ingresa tanto por Barros Arana -altura del 439- o por Lincoyán, donde existe un estacionamiento.
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La pareja habría arrendado el lugar como una forma de cuidar también el inmueble, aunque quien administra el edificio no quiso formular declaraciones para aclarar su condición.
El comisario Jorge Guerra, de la Brigada de Homicidios, entregó más detalles de la joven víctima, quien trabajaba en un local céntrico, de los denominados café con piernas.
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El principal sospechoso es su pareja, el cual no es el padre de los tres hijos de la joven asesinada, y de quien se teme pretende alcanzar la frontera y abandonar el país. Los antecedentes indican que había violencia intrafamiliar previa.
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La muerte por ocho heridas con arma cortopunzante, cinco en la parte superior torácica y tres en el cuello, se transformaría en el segundo femicidio del año en la región del Bío Bío.
La seremi de la Mujer y Equidad de Género, Valentina Medel, llamó a las extranjeras a solicitar apoyo en caso de sufrir violencia intrafamiliar, porque afuera del país la seguridad de las mujeres a veces disminuye.
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Asimismo, se chequea si efectivamente hubo violencia intrafamiliar entre la pareja, apuntándose que el sospechoso del crimen era muy celoso y que ya la habría amenazado ante testigos de matarla si miraba a otro hombre.