El Estado Islámico ha decapitado a cuatro integrantes del club Al-Shabab de la ciudad siria de Raqqa en un nuevo acto de barbarie que enluta al mundo del fútbol.

Las víctimas fueron tres jugadores del equipo: Osama Abu Kuwait, Nihad al Hussein, Ihssan al Shawakh; y el técnico Ahmed al Shawakh.

Raqqa fue el escenario de esta masacre. La ciudad fue tomada hace dos años por ISIS y desde ese entonces que tienen prohibido la práctica de deportes.

Estos deportistas fueron ejecutados ya que el fútbol sería contrario al Islam, según la interpretación de ISIS. Además, a las víctimas se les acusó de alta traición por ser espías de un grupo rebelde kurdo.

Los jugadores y el entrenador fueron decapitados en una plaza pública, a la vista de cientos de personas, incluidos niños pequeños.