Este sábado Jordi Castell firmó el Acuerdo de Unión Civil luego de tres años de relación con Juan Pablo Montt. Con al menos 40 invitados celebraron la ceremonia junto a familiares y amigos en su residencia en Las Condes.

Desde un principio Jordi tenía claro que haría un evento súper casero: “Me opuse a realizar algo heteronormado, con las mujeres vestidas como si fueran a una gala de ópera en París y con los hombres de etiqueta. Por eso le dije a Juan Pablo ‘olvídate de un gran salón de eventos, del DJ, de todo lo que tenga que ver con ostentar o parecer lo que no somos"”, confesó en una entrevista concedida a LUN.

“Me hubiera encantado vestirme de blanco, pero no me dio la personalidad. Y ponernos un tocado, pero nos dio pudor. Así que decidimos vestirnos lo más sobrios posible”, explicó. Durante la reunión ambos vistieron con bermudas.

El fotógrafo describió que uno de los momentos más emotivos de la ceremonia fue la participación de dos sobrinas de su pareja. Rosario, de siete años les entregó las argollas en un cofre de plata que era de su bisabuela. Y luego Elisa, dio un discurso que escribió ella misma.

“Eso fue emocionante, lindo. Me desarmó emocionalmente, porque yo con ellas tengo una bonita relación desde siempre. Y su participación fue lo mejor para coronar esto”, relató.

Esa no fue la única sorpresa durante este día especial para Castell y Montt, pues tres de sus amigos que estaban fuera de Chile se presentaron: “Tenía la convicción de que no iban a llegar. Pero llegaron. Viajaron. Uno de Ginebra, el otro de Barcelona y el otro de Lima. Todavía no logro entender tanto amor, tanto cariño”, dijo.

Cuando buscaron presupuestos se dieron cuenta que era una gran cantidad de dinero y prefirieron algo más íntimo: “La suma era un viaje para los dos. Un viaje largo, al Sudeste Asiático, a la Toscana. Así que decidimos que no. Preferimos invertir esa plata en un viaje y hacer una cosa chica en la casa”, detalló.

“Yo tenía urgencia de firmar esto porque el día de mañana me pasa algo, no quiero que Juan Pablo quede desprotegido. O que otros se queden con lo que hemos construido. Nunca quise algo ostentoso, pero sí quería algo simple. Y terminó igual en un gran festejo”, sentenció.