Un incidente que pudo acabar con su vida. Este lunes se cumplen 25 años del ataque más grave visto en una cancha de tenis: el apuñalamiento de un espectador a Mónica Seles.

Fue un 30 de abril de 1993 que un desquiciado fanático pasó todas las barreras de seguridad en el torneo de Hamburgo, para posteriormente dañar a la exdeportista.

Seles, que en ese momento era la sorprendente número 1 del Mundo, fue víctima del horroroso suceso ante 7 mil espectadores en los cuartos de final del torneo y frente a Magdalena Maaleva.

“Mónica ha tenido mucha suerte. Ni el pulmón ni el omoplato han sido dañados. Sólo ha resultado herido un músculo. Mónica todavía está en estado de choque y permanecerá en observación una noche”, informó el doctor Wind del campeonato en esos días, como lo consignó en su momento el diario El País.

Por su parte, Seles rememoró en 2013 lo ocurrido en una crónica para The Mail: “Mi mundo cambió en 1993 […] Estaba jugando en cuartos de final del torneo de Hamburgo contra Magdalena Maaleva. Durante el descanso, tras un juego, apuré hasta el final porque no había bebido nada de agua y de pronto sentí un dolor horrible en mi espalda […] Me giré buscando de dónde venía el dolor y vi a un hombre detrás de mí levantando un cuchillo contra mí. Entonces me volvió a apuñalar”.

La ‘ayuda’ a Steffi Graf

Pero, ¿Cómo se origina este acto violento contra Seles? Según las investigaciones de la época, de la cual hicieron eco diversos medios del Mundo, todo se inició por el deseo de un sujeto de que Steffi Graf, su coterránea, recuperara la cima del ranking.

Günter Parche fue el hombre que plasmó el macabro plan. “Mentalmente perturbado, estaba obsesionado con Steffi Graf y no podía soportar que la alemana hubiera perdido el liderato del tenis mundial año y medio atrás a manos de Monica Seles. Sólo quería herir a Seles, según aseguró en el juicio. Su plan era apartarla temporalmente de las canchas para que Graf recuperase la punta, lo que pronto ocurrió”, recordó el sitio hispano La Voz de Galicia hace años.

Esa versión ya la había reafirmado Wolfgang Pinski, psicólogo que entrevistó a Günter en la cárcel: “Es un hombre que podría ser ajeno totalmente a lo que sucede a su alrededor. Su fanatismo es tan intenso que le ha alejado de la realidad. Coloca al Papa y al presidente de Estados Unidos en un determinado nivel, y a Steffi Graf en un nivel superior“, detalló.

Objetivo logrado…

Parche, que declaró en el juicio que solo quería asustar a Seles y alejarla un tiempo del circuito, -lamentablemente para el ‘deporte blanco’- logró el objetivo con su cometido.

Esto, porque Mónica se retiró por 27 meses del tenis tras el ataque, lo que derivó en que la germana Graf volviera a dominar la competencia sin problemas. Por otro lado, Seles nunca más volvería al ‘top-one’.

En esto último afectó en gran manera que la serbia subiera cerca de 15 kilos de peso. “Pensaba que si cogía peso no me volvería a pasar nunca lo que me sucedió… Empecé a cambiar la tortura en mi cabeza por la tortura en mi cuerpo. Y tan pronto como terminaba el entrenamiento, comía para dos semanas. En secreto, metía tanta comida en mi cuerpo como podía”, explicó la exdeportista en la publicación antes mencionada.

Después, por ‘sanidad mental’, Mónica Seles decidió nunca más volver a pisar suelo alemán en el circuito.

El juicio Günter: con libertad condicional

En octubre de 1993 vendría otro ‘golpe’ para Seles. Esto porque el hombre que la atacó fue sentenciado a dos años de cárcel en libertad condicional.

“¿Qué clase de mensaje se ha transmitido al mundo? Gunter Parche reconoció que me acuchilló una vez y lo intentó una segunda, y ahora el tribunal ha dicho que no va a ser encarcelado por este crimen premeditado”, dijo molesta Seles al enterarse de la condena.

“Él volverá a su vida cotidiana, mientras que yo no puedo todavía, porque estoy recuperándome de la agresión, que me podía haber matado”, complementó aquella vez.

¿Por qué la pena fue tan baja? Primero porque el imputado afirmó que su intención no era acabar con la vida de la deportista, y aceptó las acusaciones de agresión corporal. Así no fue procesado por intento de asesinato. Segundo, la herida no fue tan profunda, explicaron diversos doctores.

Sin duda un hecho que nunca se olvidará. El del día que el deporte blanco se tiñó de rojo… lamentablemente.