Francisca Mardones es una tenista paralímpica chilena. Su sueño era representar a nuestro país en unos Juegos Olímpicos. Y lo hizo, aunque no de la manera que ella esperaba.

En 1999, nuestra deportista se encontraba trabajando en el Caribe. Mientras se encontraba a cargo de unas cabañas en la Isla Culebra, un fuerte huracán azotó la zona. Ella decidió quedarse para ocuparse de la seguridad de sus huéspedes, pero cuando salió a mirar afuera cayó a un barranco. Quedó inmovilizada por varios minutos. Logró arrastrarse y salió con vida del lugar. Sin embargo, después de ese accidente todo cambió.

Por cosas de la vida, en su proceso de rehabilitación conoció el tenis. Ese deporte le ayudó a conllevar su dolor y con el tiempo cosechó muy buenos frutos. Ganó bronce en los Juegos Parapanamericanos de Río 2007 y Guadalajara 2011. Además representó a Chile en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y en los Parasudamericanos de 2014.

A continuación su elogiable experiencia de vida, en conversación con BioBioChile.

Actualmente te encuentras en Estados Unidos ¿Estás viviendo allí? ¿En qué te encuentras ahora?

Estoy en Texas, mi entrenador vive acá. Paso la mayor parte del tiempo en esta cuidad entrenando y perfeccionando mi condición física y tenística. Acá es mi laboratorio, donde aprendo y desde aquí salgo a las competencias.

¿Cómo es un día en la vida de Francisca Mardones?

Mis días son muy activos, muy diferentes. Si estoy en competencia, generalmente lo paso en algún país, estando en un hotel. Me levanto muy temprano a tomar desayuno, independiente de la hora que uno compita el desayuno es algo fundamental. Luego ir al club de tenis, ahí tengo un entrenamiento. Generalmente es una preparación de una hora, de un nivel más o menos fuerte, de ahí viene el descanso y a comer. Previo al partido se realiza un calentamiento, es para recuperar la movilidad de los músculos. Eso dura 20 minutos o media hora.

En mi casa es otro ritmo, quizás más exigente. Me levanto temprano, como muy sano. De hecho para mí las comidas son más fáciles hacerlas así, en mi casa, que en el hotel. Allí me preocupo de hacer muy bien mi dieta. Entreno dos horas y media, hasta tres horas, después descanso. Tengo entrenamiento físico igual, voy al gimnasio una hora y media. Descanso y después de dos horas vuelvo al tenis. La diferencia es que el de la mañana es más físico y el de la tarde es más práctico.

Igual tengo mis minutos de descansos o de recreo. Tengo un perrito que se llama ralph. Es mi perro de compañía, va amarrado a mi silla de ruedas. Me empuja en las pendientes o me ayuda a bajar rampas. Él va conmigo a los entrenamientos. Ahí se queda mirando fuera de la cancha. Cuando el partido está fome se queda dormido. Cuando tenemos un minuto libre jugamos, eso te llena de energías.

En 1999 sufriste un accidente que te cambió la vida. Gracias a eso descubriste el tenis ¿Cómo fue ese proceso de rehabilitación que culminó con ese deporte que te ha traído tantos éxitos?

Fue un proceso muy fuerte, estuve un año hospitalizada con muchas cirugías y muchos malos resultados. Estuve intoxicada con medicamentos. En el fondo el dolor me lo trataban de manejar con calmantes. Me costaba hablar, perdí la memoria de muchas cosas. Sin embargo, lo que siempre traté de hacer fue pensar positivo, que todo eso que me estaba pasando era algo transitorio, y que yo iba a poder cambiar ese rumbo de la vida que me estaba teniendo tan a maltraer. Creía que podía contra todo esos malos pronósticos.

Lo más importante fue la desintoxicación. De un minuto a otro me sacaron todos los remedios. Ahí comencé con taquicardia, con problemas de presión. No podía dormir. Fue algo muy duro que me cuesta recordar, pero fue la clave ya que mi proceso de rehabilitación fue aprender a manejar mi dolor. Con todas las cirugías quedé con dolor crónico. Sufro 24 horas al día, los siete días a la semana, desde el ombligo hacia abajo. Lo más importante fue aprender a vivir con eso, a manejar el dolor.

Una de las grandes cosas que sirve para producir endorfina, que es el símil de la morfina, es el deporte. Tu cerebro cuando está alegre, cuando hace cosas que le gusta comienza a producir esta endorfina y eso ayuda a manejar el dolor. Fue clave que me ofrecieran jugar tenis en silla de ruedas.

Un día, saliendo de la rehabilitación Doris Gildemeister, que fue quien introdujo el tenis de silla de ruedas en Chile, se me acerca y me pregunta si quiero jugar tenis. De inmediato le dije que si. Fue una gran alegría tener la oportunidad de hacer deporte paralímpico. Fue la primera vez que tomé una raqueta y nunca más la solté. Llevo 11 años y todas las alegrías que me ha dado el tenis es algo impagable. Me dio la posibilidad de volver a vivir, de volver a sentir esa pasión, todo lo que te da la posibilidad de estar en la cancha.

Debido a tu experiencia hoy realizas charlas motivacionales ¿En qué consisten?

Mis charlas motivacionales en verdad son un reflejo de las cosas que me han pasado. La visión que tenía antes del accidente, mis sueños de vida. Desde chica soñaba con ir a unos Juegos Olímpicos. De cierta manera se hizo posible gracias al deporte paralímpico. Me siento afortunada, la vida es corta y muy pocos pueden decir que cumplieron sus sueños. La vida siempre te va a presentar problemas, también depende de uno como mire esas dificultades. He aprendido que finalmente los problemas no existen, es solamente la visión que nosotros le damos a las cosas, algo negativo o de aprendizaje. Depende la actitud frente a las circunstancias que te deja la vida. Eso es algo que me gusta compartir, siempre uno va a tener algo por qué reclamar. La clave está en encontrar la solución a lo que te está pasando y buscar la manera de sacar eso adelante.

Todos los problemas que tuve, físicos de por vida. Sin embargo, gracias a todo eso que viví pude experimentar ser tenista paralímpica, representar a Chile en mundiales, torneos, con buenos resultados. Eso me gusta dar a conocer. Uno puede tener problemas, grandes o chicos, pero todo tiene una solución.

Ganaste bronce en los Juegos Parapanamericanos de Río 2007 y Guadalajara 2011. Además representaste a Chile en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012 y en los Parasudamericanos de 2014 te colgaste medalla de oro. ¿Cuál es la clave de tus éxitos?

La clave es dar lo mejor de ti siempre. Lo mejor no es darlo en un partido, sino que hacerlo punto a punto, en cada jugada. También es tener la mejor actitud y el jugártela a concho en los entrenamientos, en tu preparación física y técnica, el tener una vida equilibrada (alimentación y descansos). Hay que tener una planificación importante y profesional. Eso es fundamental, pero lo que hace que uno cumpla las metas es la mente, es creer que uno es capaz. El tenis es un deporte de ganar o perder, no existe el empate. Uno puede perder muchos partidos seguidos y echarse a morir, pero no, eso es lo que más fuerza te da para seguir mejorando y conseguir buenos resultados para mí y para Chile.

¿Cuál ha sido tu mayor logro como deportista?

Para mí algo increíble fue cumplir un sueño que tenía desde los siete años, el ir a los Juegos Paralímpicos en Londres el 2012. Eso no terminó ahí ya que luego clasifiqué a Río 2016. Fue algo magistral. Luché mucho para lograr esa clasificación. El haber estado por más de dos años como número uno de Latinoamérica. Estuve número 11 del mundo en singles y en dobles, el haber representado a Chile en 10 mundiales. Algo que nadie de Sudamérica ha logrado, el clasificar a tres torneos de maestros en dobles, el haber participado en masters. Nunca nadie lo había logrado. Solo una colombiana lo hizo, pero nadie tres veces. Son resultados que ni siquiera lo soñé.

Hay que creerse el cuento, que puedes competir con las mejores del mundo. Estoy muy contenta de haber obtenido esos buenos resultados para Chile, porque estás representando a tu país. Eso para mi no tiene precio, es lo mejor.

El 2012, en una entrevista dijiste esta frase: “Falta que nos valoren más”, en relación a la falta de apoyo de las autoridades con los deportistas. Hoy, 2017, ¿Reafirmas esos dichos?

Lo que dije trajo cambios importantes para el deporte paralímpico. Ahora creo que estamos muy bien en comparación a esa época. El 2012, venía hablando que hacía falta un cambio importante, en ese tiempo se creó el Comité Paralímpico. Seguía la Federación Paralímpica y estaban en luchas para poder hacer la transición. Con la Federación Paralímpìca tuve muchos problemas. El 2007 fui la primera deportista que se alzó públicamente en contra de la Federación y contra el gobierno. Emplacé a la presidenta porque la medalla de Río del 2007 a nosotros, los deportistas paralímpicos, no estaba contemplado que nos dieran un premio, ni que optáramos a una beca. Públicamente hice mis descargos. Finalmente don Francisco terminó ayudándome y Jaime Pizarro, en ese minuto estaba en el IND, junto con la presidenta decidieron que efectivamente tenía la razón y que los deportistas paralímpicos merecíamos los mismos derechos que los convencionales.

Ahí nos hicimos conocidos. Nosotros no estábamos haciendo deporte por hobby, estábamos siendo profesionales. En el 2012 faltaban algunas cosas, por eso dije lo que dije. Desde que se creó el comité la vida cambió para nosotros. Nos han valorado y dignificado en el deporte. Antes éramos siete deportistas los que fuimos a Londres, a Río fuimos el doble. Cada vez el deporte paralímpico sigue mejorando en Chile.

¿Cómo ves hoy en día el deporte olímpico y paralímpico chileno?

Veo que el deporte paralímpico chileno está en muy buen pie. Cada día va mejorando mucho, lo veo cada vez con mejores resultados, con atletas que están dando que hablar a nivel mundial. Todo esto es un gran proceso del Comité Olímpico de Chile, toda la visión que Neven Ilic hizo, y todas las cosas que puso en práctica hizo que el deporte chileno se profesionalizara cada vez más. Estamos en un muy bien pie. El IND cada vez más va mejorando muchas cosas. La creación del Ministerio del Deporte ha sido de gran ayuda y el auspicio privado ha sido fundamental. Siempre hay cosas por mejorar.

El 2016 fuiste premiada en Estados Unidos por “inspirar el deseo del tenis en otros” ¿Acá en Chile has recibo algún reconocimiento a tu trayectoria?

No. He recibido muchos premios, uno de los más bonitos que recibí en Chile fue por la destacada actuación paralímpica, en 2014. Gané el cóndor de oro por mejor tenista paralímpica femenina. Eso ha sido un muy lindo reconocimiento por esas actuaciones puntuales. Pero un reconocimiento a la trayectoria no. Espero algún día tenerlo, aunque no estoy pensando en eso y no me estoy preparando para que alguien me reconozca. Estoy trabajando para obtener los mejores resultados para Chile.

Acá en Estados Unidos me dieron el inspiration award. Es un premio muy importante, uno lo gana entre 4.000 personas, como la tenista que inspira a los demás a hacer la práctica del deporte. Es un premio muy grande acá en Texas. Me gustaría que la gente se acuerde de mi, de todo lo que he luchado, no solo por los resultados deportivos, sino que por abrirle puertas a los que vienen detrás mío.

Hay algo que si me gustaría, es el único sueño que me falta por cumplir, nunca he sido abanderada de Chile. Antes peleaba con la Federación Paralímpica y jamás me iban a elegir. Quizás eso que luché me trajo consecuencias no muy gratas. Eso me gustaría, ser abanderada antes de retirarme.

Al término de la entrevista, Francisca recibió una muy mala noticia. El Instituto Nacional de Deporte le envió un correo comunicándole que le bajará de categoría la beca Proddar (Programa de Becas para Deportistas de Alto Rendimiento). “Es una noticia de último minuto”, cerró.