Su nombre es Robinson Mendez y es considerado el mejor tenista paralímpico en la historia de Chile. Un deporte completamente distinto al que practicaba, ya que en su adolescencia disfrutaba del fútbol en las inferiores de Palestino. Sin embargo, un accidente cambiaría completamente su vida.

Una tarde de marzo de 1997 el joven fue a ver a un amigo a la Población La Victoria. Allí, una bala perdida truncaría sus sueños por convertirse en un futbolista. Pero Robinson no se rendiría, y apoyado por la Teletón se rehabilitaría con rapidez.

Pasó taller por taller, hasta llegar al tenis. Ahí conoció a Hans Gildemeister, quien le prometió que formaría a un campeón. Y así fue, ya que la hermana de Hans Gildemeister moldearía esa tremenda perseverancia y la convertiría en logros.

A sus 32 años este destacado deportista ha representado a Chile en más de 11 mundiales, cuatro Juegos Paralímpicos, fue doble medallista sudamericano, y ha ganado más de 27 torneos alrededor de todo el mundo.

Actualmente se encuentra en la ciudad de Concepción buscando nuevos aires, recuperándose de una operación al codo y retomando sus estudios.

¿Qué se siente ser el mejor tenista paralímpico en la historia de Chile?

Es una gratitud, una felicidad enorme de cumplir metas que me propuse cuando niño, y que iba a representar a mi país. Lo logré con creces, es una sensación muy linda. Es un orgullo poder decir que soy el mejor tenista paralímpico en la historia de Chile.

¿Cuál fue la clave para llegar a convertirte en el mejor?

La clave fue sin dudas mi constancia, porque tuve el apoyo de mi familia y de la teletón, que creyeron en mi, mis entrenadores y preparadores físicos. Uno es el protagonista de su historia, y teniendo todo en contra creí en mi, en mis capacidades, y lo pude lograr.

¿Crees que el deporte paralímpico ha progresado durante estos últimos años?

Ha mejorado un 300% estos últimos años. Hay muchos exponentes en todas las disciplinas, inclusive en deportes donde no teníamos. Por ejemplo en Atenas 2004 fuimos cuatro deportistas, ahora en Río eramos 16. Es lindo no estar a la par de Somalía o Zimbabue, que llevaban uno o dos exponentes. Es lindo ver a muchos compatriotas estando ahí, me emociona mucho.

¿Cuál ha sido el aporte del Comité Paralímpico de Chile en tu carrera?

Ha sido fundamental en el progreso, porque faltaban directivos y gente que creyera en nosotros. Que no vieran el deporte como rehabilitación, por lástima. Queríamos que nos vieran como deportistas, como cualquier otro. Pusieron las ‘lukas’, no tan solo a mí, sino que a todas las otras disciplinas. Al semillero. Hoy apoyan a los mejores, y también a los que vienen detrás. Solo queda felicitar al Comité, al presidente Ricardo Elizalde y a toda la directiva”.

¿Qué te trae a Concepción?

Concepción me atrae mucho, es una ciudad muy linda. Nuevos aires, más desafíos y tranquilidad. No más Santiago.