A mitad de este año, Deportes Iberia reestructuró su plantel ante la mala campaña por la que pasaba el equipo, rendimiento que terminó con el entrenador Nelson Soto fuera del cargo.

La idea parecía buena. Se trajo a Luis Landeros de excelente registro en la categoría con Deportes Temuco y se apostó por jugadores jóvenes y uno que otro experimentado como Mauricio ‘Hormona’ Gómez. El momento, quizás, no era el más indicado, ya que el cuadro angelino tenía un claro objetivo: salvarse del descenso.

Landeros agarró el equipo en la penúltima posición de la tabla, con diez puntos de diferencia que el colista Unión La Calera.

La ‘Azulgrana’ comenzó a demostrar buen fútbol y así se notó en la Copa Chile. Tanto la Universidad de Concepción como Colo Colo no tuvieron ninguna opción de llevarse sus respectivas llaves.

Santiago Wanderers, reciente campeón del certamen local, necesitó la definición de penales para dejar en el camino a una complicada escuadra azulgrana.

A Iberia se lo veía sólido en defensa, con una línea de a cuatro totalmente nueva que hacía olvidar a sus históricos centrales y un mediocampo que funcionaba a la perfección.

En ese periodo de éxitos en la Copa, entre julio y agosto, Iberia cuajó resultados importantes en el torneo local, como los triunfos contra un rival directo como lo era Deportes Valdivia (3-1 en Los Ángeles) y un espléndido 4-2 a Deportes Puerto Montt en el Chinquihue.

¿Qué pasó después? Es la pregunta que se hacen en este momento los hinchas iberianos tras el empate de ayer 1-1 ante San Marcos de Arica que mandó a la Segunda División Profesional a la ‘I’.

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El corto plantel puede ser algunas de las explicaciones. El defensor Humberto Bustamante, quien había destacado con buenas actuaciones junto a Sebastián Silva, se lesionó y después no apareció más. Diego Opazo fue su reemplazante, que de todas formas cumplió de buena manera marcando incluso goles importantes.

En el mediocampo perdió a Felipe Elgueta por lesión. Giovanni Asken, titular en los primeros partidos, bajó su rendimiento y pasó a la banca. Al final Braulio Baeza, que suele jugar preferentemente por una banda, tuvo que hacer labores de contención.

La ofensiva fue otro problema de Iberia, pero éste más bien generado por el propio Landeros. El estratega usaba un ‘nueve’ fijo y dos punteros y muchas veces se inclinaba por Gómez desde la partida, quedando Diego Ruiz a la banca.

El ‘Tanque’, como lo apodan los hinchas iberianos al exjugador de Huachipato, Universidad de Concepción, entre otros, venía de ser el goleador del torneo pasado. El punto, para muchos simpatizantes de la ‘Azulgrana’, no era sacar al ‘Hormona’ (estaba realizando una buena campaña), sino utilizar a los dos delanteros en el ataque, lo que recién se vio ayer en el Municipal angelino, tarde para algunos.

A eso se suma que el plantel iberiano no fue capaz de levantarse cuando se daban los malos resultados. El factor sicológico pesó en los jugadores y eso lo sabía muy bien Landeros. “Me compete la responsabilidad de hacer las modificaciones para poder sacarle el mejor rendimiento a este equipo”, dijo el DT tras la derrota por 0-1 ante Barnechea en el Ester Roa Rebolledo, escenario donde semanas antes habían celebrado frente a Colo Colo.

El otro tema que aún duele en la fanaticada angelina es la partida de los referentes y todos los dardos apuntan a la dirigencia. Se fueron Fabián Torres, Emerson Ayala, José Salcedo y Gustavo León, este último presente ayer con la camiseta de San Marcos de Arica y lamentándose, con lágrimas en los ojos, lo que le había sucedido a su exequipo.

Ahora Iberia deberá pelear para estar nuevamente en una categoría a la que le había costado 21 años en regresar. El próximo año competirá en la Segunda División Profesional, torneo en donde es el máximo ganador con tres títulos.