Fueron figuras dominantes en las mejores ligas del mundo. Protagonizaron los partidos que hacen delirar a todos los amantes de la pelota. Llenaron las tapas de los diarios y revistas, ganaron títulos por montones y acapararon reconocimientos individuales. Sin embargo, hoy su presente es muy disímil. En el ocaso de sus carreras, grandes jugadores no encuentran club para quemar sus últimos cartuchos y cerrar definitivamente su carrera. Aquí te presentamos el club de los cracks desempleados:

Los días en que se codeaba con la élite del fútbol mundial se ven muy lejanos para Lass Diarra. El mediocampista de 31 años, que se destaca por su gran despliegue físico más que por su finura con el balón en los pies, tuvo el placer de vestir la camiseta de gigantes europeos como Real Madrid, Chelsea y Arsenal, además, fue internacional con la selección francesa en 28 ocasiones.

El último 14 de febrero rescindió su contrato con el Olympique de Marsella, luego de que la directiva se negara a subirle el sueldo. El Valencia asomó como su próximo destino, pero la FIFA prohibió el fichaje por realizarse fuera del período de transferencias del fútbol hispano. En el último mes ha sido relacionado con varias escuadras de la Superliga de China.

Raúl Meireles, volante que mezcla una técnica respetable con mucha pierna fuerte, es otro que se encuentra cesante. Luego de consagrarse en el Porto de su natal Portugal, dio el gran salto de su carrera cuando fichó por el Liverpool el 2010. En Anfield Road no llenó las expectativas, pero de todas formas fue contratado por el Chelsea, equipo con el alternó buenas y malas y obtuvo la Champions League, el logro más importante de su carrera. En silencio partió a Turquía para jugar en el Fenerbahce. Allí fue figura importante en sus primeras tres temporadas, pero una serie de lesiones mermaron su rendimiento y lo sacaron de Estambul. También dejó de ser considerado en la selección portuguesa, en la que fue número puesto por varios años. No tiene club desde mediados del año pasado.

A inicios de la presente temporada europea, el tatuado y barbudo futbolista de 33 años, sonó en la Lazio y también en el Botafogo de Brasil.

Dimitar Berbatov labró su nombre en Inglaterra. Este delantero de andar elegante sobre el césped, algo frío para el ojo de muchos, mostró su mejor faceta tras desembarcar en el país de la rosa luego de su paso por Bayer Leverkusen. Primero con la camiseta del Tottenham y después con la del Manchester United, club con el que solo le faltó ganar la Champions League, esparció sus goles por todas las canchas inglesas.

A mitad de 2012, cuando sus números ya iban a la baja, los “Diablos Rojos” lo traspasaron al Fulham. Tras año y medio dejó el club londinense y partió al Mónaco. Su último equipo fue el PAOK Salónica, con el que estuvo la temporada 2015/16.

A sus 38 años, en el otoño de su carrera, el máximo goleador de la selección búlgara aún tiene ganas de jugar. “Estoy buscando equipo. Todavía me siento bien. Me entreno y me mantengo en forma”, afirmó a fines de febrero.

Michael Essien fue un volante de corte todo pulmones, intenso, corredor, una locomotora que se llevaba por delante todo lo que se le ponía en frente y que incluso se daba el lujo de llegar al gol a pura potencia. El de Ghana vivió sus mejores años en el Chelsea, equipo con que ganó dos Premier League y una Champions, y luego pasó con más pena que gloria por Real Madrid y AC Milán.

Hoy, con 34 años a cuestas, el “Búfalo” se niega a abandonar el profesionalismo. “Todavía hay fútbol en mí. Me mantengo activo y entrenando con las reservas del Chelsea, que siempre son buenos y educados conmigo”, declaró hace dos semanas. Lamentablemente para él, el lunes recién pasado se confirmó que tres clubes suizos rechazaron contar con sus servicios.

Una de las figuras más destacadas en el imperial Inter de Milán dirigido por José Mourinho fue el brasileño Maicon. Con su tranco demoledor dominaba la banda como pocos. Junto a su compatriota Dani Alves disputaron el cetro de mejor lateral derecho del mundo por varias temporadas. En 2012 se fue a Inglaterra, donde nunca pudo asentarse. Volvió a Italia para jugar en la Roma, con la esperanza de reencontrarse con su mejor versión. Tres años estuvo en la “Loba”, pero lamentablemente para él, rindiendo por debajo de lo esperado.

A fines de febrero de este año se anunció que estaba a solo una firma del Atlanta United, el equipo del chileno Carlos Carmona, poniéndole así, punto final a seis meses de inactividad. Hasta la fecha no se termina de confirmar el arribo del campeón de la Champions a Estados Unidos.

Antonio Cassano ha jugado en los clubes más poderosos del mundo. El díscolo atacante irrumpió siendo un juvenil en el áspero fútbol italiano. En la tierra del catenaccio, él maravilló a todos con su gambeta prodigiosa. Pero el que prometía con ser crack se vio consumido por su falta de profesionalismo: sobrepeso, salidas nocturnas, peleas y un largo etcétera.

En febrero finalmente rescindió su contrato con la Sampdoria, tras varios meses apartado del primer equipo por indisciplina. “Quiero seguir jugando, divertirme porque después de mi familia, vivo para el fútbol. Si me llegara una propuesta que me seduzca, la aceptaría con entusiasmo”, afirmó. Hasta ahora, nada. Su mala fama le juega en contra.

Didier Drogba es un goleador de época. Con él como artillero y faro ofensivo, el Chelsea pasó de ser un club de mediopelo a uno de los más grandes de Inglaterra. Con los “Blues” ganó todo lo que podía ganar. Sus goles por montones y de todos los colores, sus apariciones en partidos bravos y su feroz espíritu combativo lo hicieron unos de los mejores delanteros del mundo. Para Ian Wright, goleador histórico del Arsenal, no hay dudas: “Drogba es el mejor número 9 en la historia de la Premier”.

Luego de diez años en Chelsea, solo interrumpidos por breves pasos por el Shanghái Shenhua chino y el Galatasaray turco, el marfileño de 39 años optó por irse a la MLS con el Montreal Impact. Con los canadienses estuvo un año y medio. En diciembre pasado anunció que dejaba el club, pero aclaró que no se retiraba. El Corinthians de Brasil le ofreció un contrato para jugar la Copa Libertadores, pero su arribo a Sudamérica no se concretó.

En el último mercado europeo, el uruguayo Martín Cáceres, el ghanés Sulley Muntari y el togolés Emmanuel Adebayor pudieron abandonar el club de los cracks desempleados. Sus colegas esperan seguir sus pasos a la brevedad. Aún hay fútbol en sus piernas.