“El día en que no esté en condiciones de jugar para Nacional me pego un tiro en el Parque Central”, solía decir. Y así fue. Esta es la historia de Abdón Porte, un jugador uruguayo quien es considerado por muchos como el primer futbolista en quitarse la vida.

Para él no había en la vida nada más importante que vestir la camiseta de Nacional de Montevideo, y decidió suicidarse el día en el que comprendió que ya no podía usarla más. Esa mezcla de pasión y entrega que sentía por el club no la encontró en otra actividad y aquella promesa que sus amigos nunca creyeron se hizo cierta un 5 de marzo de 1918.

Abdón era defensor en el conjunto charrúa. Jugaba cada partido como si fuese una guerra. Le apodaban el ‘indio’ y llegó a Nacional en 1911 procedente de Colón de Santa Fe. Anteriormente había defendido los colores de Libertad.

Cuando el jugador arribó a Nacional, la institución atravesaba una profunda crisis futbolística, era la primera en su historia. Como un salvador venido de tierras extranjeras, el mediocampista defensivo se transformó en artífice de la resurrección del club y lo dejó nuevamente en lo más alto.

Un año después del arribo de Porte los uruguayos consiguieron el campeonato local y posteriormente repetirían la hazaña los años 1915, 1916 y 1917.

Con el correr de los partidos Abdón comenzó a ganarse el cariño de la hinchada. Su entrega y pasión eran dignas de admirar, por lo que rápidamente se ganó el título de ídolo en Nacional.

Pero como todo ser viviente de este mundo, el querido ‘indio’ comenzó a envejecer. La sangre nueva, como en todo club, empezó a brotar desde los cimientos y alcanzó al defensor.

Las piernas ya no le respondían como antes. Los anticipos no eran los mismos y la comisión del equipo comenzó a notarlo. Abdón tenía 37 años cuando el club se aventuró en estudiar la posibilidad de buscarle un suplente más joven.

La renovación del plantel de aquel entonces se compara a lo que conocemos ahora como una ‘revolución’ en el vestuario. Los dirigentes querían darle nuevos aires a esta plantilla que había conseguido un histórico tricampeonato. Y lo hicieron.

En 1918 arribó a la tienda tricolor Alfredo Zibechi, un centrocampista defensivo al igual que el ‘indio’. Los dirigentes encontraron al reemplazante natural de Abdón, y al poco tiempo le quitó la titularidad.

Como suele ocurrir en estas instancias, la dirigencia le comunicó al charrúa con franqueza que su presencia en el equipo iría menguando con el pasar de los partidos, ya que el recién llegado ocuparía su posición.

Porte no fue capaz de asimilar la determinación del club.

Una triste decisión

El 4 de marzo de 1918 Nacional se enfrentó a Charley al que derrotó por 3-1. Abdón fue titular durante todo el encuentro como en sus años mozos derrochó garra y corazón.

Después de cada encuentro, el equipo organizaba una pequeña comida con el plantel y dirigentes en la sede del club. Porte acudió como de costumbre y todo se desarrolló en completa calma.

Al ‘indio’ se le vio tranquilo y sus compañeros no notaron nada extraño en su comportamiento. De pronto, en medio de la velada, el jugador abandonó la sede y tomó un bus con dirección al Parque Central, lugar donde jugaba Nacional desde que fue inaugurado en 1911.

Caminó den dirección al campo de juego, se ubicó en el círculo central y se tiró al pasto. En uno de sus bolsillos llevaba dos cartas y en el otro un revólver.

Nadie sabe que pasó en ese minuto por su cabeza, sus emociones, sentimientos y deseos. Solo se quedó ahí, en el césped, en ese lugar que para Abdón significaba su segunda casa.

Sacó de su bolsillo el revólver y se disparó en el pecho. A la mañana siguiente, un cuidador del recinto encontró el cuerpo del malogrado jugador tendido en el pasto con dos cartas.

Una de ellas era para un pariente y el contenido jamás se conoció. La otra estaba escrita para José María Delgado, presidente de Nacional de Montevideo. Él fue quien trajo a Porte al tricolor y fue importante en la consecución del tricampeonato.

Esto era lo que decía el escrito: “Querido doctor Don José María Delgado. Le pido a usted y demás compañeros de comisión que hagan por mí como yo hice por ustedes: hagan por mi familia y por mi querida madre. Adiós querido amigo de la vida. Abdón Porte”.

Más abajo de la carta ‘indio’ le dedicó una palabras a su querido Nacional. “Nacional aunque en polvo convertido / y en polvo siempre amante. / No olvidaré un instante lo mucho que te he querido. Adiós para siempre”.

Además, incluyó en el escrito el deseo de ser enterrado en el cementerio de La Teja, donde yacían los hermanos Céspedes, dos de los primeros grandes ídolos de la institución.

La partida de Abdón causó una conmoción tremenda en todo Uruguay. Sus compañeros no podían creer lo que sucedía y algunos comenzaban a recordar las palabras del jugador, quien en más de una ocasión dijo que se pegaría un tiro si ya no podía jugar en Nacional.

Varios equipos de Uruguay se ofrecieron a jugar partidos en homenaje a Porte. El padre de los hermanos Céspedes accedió a la petición del defensor y fue enterrado junto a Bolívar y Carlos.

En el funeral, uno de los dirigentes leyó una carta donde resumía la vida de Abdón en Nacional: “Nacional era su ideal, lo amaba como el creyente a su fe, como el patriota a su bandera”.

Cuando la tragedia pasó Nacional nombró un sector de su estadio “Abdón Porte” y en cada partido que juega el conjunto charrúa se puede leer un pequeño lienzo de la hinchada, un mensaje a sus jugadores que dice “por la sangre de Abdón”.