Hablar del futbolista ghanés, Kevin-Prince Boateng, es hablar del talento ahogado por la fama. Y es que el jugador pasaba por su mejor momento: 23 años y delantero titular del Milán en 2010, además pieza clave en la selección de Ghana, pero algo pasó.

La fama y el dinero acabaron por asfixiarlo parando en seco una prometedora carrera. Del Milán fue traspasado al Schalke 04 alemán y ahí fue apartado por motivos disciplinarios. Regresó a Milán en enero pasado pero ya en junio estaba sin equipo. Hoy, con 29 años, se encuentra jugando en Las Palmas de la Primera División española.

En entrevista con el diario español Marca, el futbolista habló de su dura infancia y de los errores cometidos en el pasado que lo hicieron perder el rumbo.

Mi infancia la pasé en un barrio muy pobre, fue difícil crecer allí. Mi madre no tenía mucho dinero y mi padre nunca estaba en casa. No tenía la posibilidad de jugar como otros niños. Para mí era normal porque no me comparaba con nadie. En mi barrio era normal vivir así”, confesó.

Sobre las decisiones erróneas tomadas en el pasado, el ghanés se siente arrepentido. “En la vida es importante admitir lo malo. Antes era de una forma, y gracias a los errores soy como soy. Era una persona muy impulsiva y quizás ahora soy más inteligente”, sostuvo.

Y añadió que “me he arrepentido de muchas cosas. Siendo joven no trabajaba mucho, porque jugaba sólo por mi talento. Ese no era el camino correcto. Ahora me arrepiento de no haber trabajado más antes. Pero era normal en esa época. Era el jefe de mi barrio, tenía fama y dinero”.

En cuanto al proceso de gestionar la fama, a los 23 años, el jugador admitió que para él fue imposible y que pasó de no tener nada a tenerlo todo.

“De un día a otro tienes tanto dinero que puedes comprarlo todo. En dos años me gasté todo mi dinero en coches, relojes, botas, discotecas, restaurantes y amigos que en realidad no lo eran. Para un chico como yo, que ha crecido en un barrio pobre y sin dinero, era peligroso”, afirmó

Después del Mundial del 2010, donde Ghana alcanzó los cuartos de final y fueron eliminados por Uruguay, a la postre cuarto del certamen, el futbolista se dio cuenta que debía cambiar.

“Vi a jugadores de otro nivel y pensé que tenía que concentrarme sólo en el fútbol para llegar a ese nivel. Tenía la mente en otras cosas que no eran importantes. Ahí decidí cambiar mi mentalidad“, expresó.

Para finalizar, Prince cree haber encontrado la felicidad. “Había perdido la ilusión. Llegó un momento en que el fútbol era sólo trabajo. Ahora disfruto de nuevo y en la mejor Liga del mundo. Me siento bien“, cerró, haciendo alusión a su actual equipo, Las Palmas de la Primera División de España.