Por fin pudo celebrar. El técnico de Colo Colo, Pablo Guede, logró este sábado su título más importante como técnico del Cacique, luego que su equipo se alzara como campeón del torneo de Transición 2017.

Los albos fueron los justos merecedores del cetro, todo gracias a un excelente rendimiento mostrado en las últimas fechas, donde vencieron a escuadras que también peleaban por el campeonato.

Pero no todo empezó así de bien para el Popular. El exentrenador de Palestino y San Lorenzo le costó bastante encontrar una formación que le diese seguridad defensiva y efectividad en ataque.

El primer partido de este segundo semestre fue prueba de que el camino para bajar la estrella ’32’ no iba a ser del todo sencillo. Si bien fue por Copa Chile, Colo Colo fue goleado por Deportes La Serena, desatando una ola de críticas hacia el entrenador argentino.

Guede jugó ese día con un 3-6-1, con Esteban Paredes solo en la delantera y Ramón Fernández y Christofer Gonzáles en la creación. Un experimento fallido en su primer intento y que dejó preocupados a los hinchas albos, teniendo en cuenta que esa fue la formación que practicó durante toda la pretemporada.

Al parecer, la idea inicial era poner a Jorge Valdivia y Jaime Valdés como volante ofensivos para que alimentaran a los externos y que éstos dieran el último pase a Paredes. Como sabemos, cuando el capitán albo juega solo arriba es férreamente marcado, por lo que esa innovación es difícil de entender.

Ya en las siguientes fechas, cuando Colo Colo había ganado la Supercopa a Universidad Católica y dado vuelta la llave a Deportes La Serena, Guede se ‘complicó’ en el partido con Palestino por la tercera jornada del Transición, ya que dispuso en ese cotejo una línea de cuatro defensores.

Un malestar físico dejó a Valdivia en el banco y eso fue suficiente para que Guede cambiara el esquema, además de que no quiso arriesgar a Zaldivia (recién volviendo de una rotura de ligamento cruzado) en el pasto sintético de La Florida. Felipe Campos, Fernando Meza, Julio Barroso y Brayan Véjar fueron los defensores, mientras que el ‘Pajarito’ Valdés y Nicolás Maturana tuvieron que de alguna forma reemplazar al ‘Mago’.

El mundialista en Turquía se vio totalmente perdido y fue sustituido a los 46′ por Luis Pedro Figueroa y así se volvió a la línea de a tres. El Cacique lo empató 1-1 con gol de Valdivia, que había entrado antes por lesión de Véjar.

En la siguiente fecha se le presentó otro problema a Guede: una contusión lumbar descartó a Paredes para el duelo ante la Universidad de Concepción. Como Andrés Vilches y Luis Salas también estaban lesionados e Iván Morales venía recién regresando de su gira a Europa por la ‘Roja’ sub-20 (aunque el linerense todavía estaba en la juvenil tras ser bajado del primer equipo), el DT trasandino no le quedó otra que jugar solamente con Octavio Rivero en ataque.

En el complemento ingresó Nicolás Orellana para acompañar al uruguayo y en la primera pelota que tocó marcó. Al final, con Valdés reemplazado para ‘cuidarlo’ de cara al Superclásico, el Cacique cayó por 1-2 y sumó su primera derrota en el torneo.

Colo Colo le ganó por 4-1 a Universidad de Chile y la alineación fue la de siempre: 3-4-1-2. Se pensó que Guede había encontrado el equipo, pero la eliminación de Copa Chile a manos de Iberia y la igualdad a un tanto con Deportes Iquique sembró las dudas en los fánaticos.

El siguiente encuentro fue el clave, el que forjó el camino del título de Colo Colo. Fue ante San Luis en el Monumental. Guede, pifiado cuando se lo nombró por los altoparlantes, presentó una novedad esa tarde: el regreso a la titularidad de Óscar Opazo. El ‘Torta’ sólo había arrancado desde el inicio en la primera fecha ante Deportes Antofagasta. Cuando parecía que su destino iba a ser similar al de Marcos Bolados, el ex-Santiago Wanderers marcó dos golazos para el 3-0 final.

El campeón de la China Cup aprovechó su oportunidad. A Guede se le presentó una solución por una zona que se había visto muy frágil en partidos anteriores (contra la UdeC, por ejemplo, Ronald de la Fuente le ganó en velocidad a Campos en el gol de José Huentelaf).

Esto sirvió para la consolidación del bloque posterior. Antes del match contra los canarios, Orión, Zaldivia, Barroso y Meza jugaron juntos frente a O’Higgins, U. Concepción, la ‘U’ e Iquique, recibiendo cinco goles. Desde la irrupción del ‘Torta’, a la mencionada zaga no le encajaron ningún otro tanto.

Las bandas estaban controladas (con Suazo por un lado y Opazo por el otro) y el mediocampo comenzó a hacer de las suyas. Vinieron triunfos seguidos a la Católica (1-0), Santiago Wanderers (2-0) y Audax Italiano (3-0) hasta la derrota por la mínima frente a Deportes Temuco, con gol de penal Cris Martínez cuando Meza ya había sido cambiado por lesión y Zaldivia expulsado.

Colo Colo se recuperó ante Unión Española. Valdés demostró su calidad en la contención, posición en la que mejor juega, ya que tiene todo el campo para crear (por la banda izquierda igual logra ser desequilibrante, pero cuando sucede eso es un síntoma de las escasas ideas del Cacique para romper las defensas de los equipos que se le meten atrás).

En las últimas fechas apareció la magia de Valdivia, Rivero estuvo certero en los partidos en que Paredes no pudo jugar por la expulsión ante Temuco y todo eso llevó a que hoy en el Ester Roa Rebolledo y ante Huachipato se ratificara el nivel del equipo que mejor hizo las cosas en este torneo corto.

Guede fue capaz de dar con el esquema que le dio la estrella 32 al pueblo albo; un 3-4-1-2, el mismo con que ganó la Copa Chile y la Supercopa. Con los jugadores de jerarquía que tiene Colo Colo, ese sistema -al menos en el fútbol chileno y sin que su DT lo altere-, parece difícil de quebrantar.