No hay lugar a dudas de que en el deporte hay un fuerte grado de sexismo y machismo. Y es que día a día son cientos los casos que salen a la luz y que tienen un factor en común: la enorme brecha que existe entre deportistas hombres y mujeres. Eso sí, este hecho que puede ser insignificante para algunos, es toda una bandera de lucha para otros.

Tal es el caso del actual número uno del tenis mundial, Andy Murray, quien acaba de protagonizar un hecho que se robó todas las miradas y el agradecimiento de sus pares.

Pero, ¿qué fue lo que ocurrió?

Lo que pasó fue que el escocés, quien se encontraba en conferencia de prensa, “paró en seco” a un periodista que señaló que su verdugo de Wimbledon, Sam Querrey, era el primer tenista norteamericano en alcanzar la seminfinal de un Grand Slam.

Ante esto, Murray alzó la voz y corrigió al profesional señalando que era el primer tenista “masculino” en alcanzar dicha final. Decimos masculino, puesto que desde el año 2009 hasta la fecha Serena Williams ha ganado tres Grand Slam, mientras que su hermana Venus, ha llegado en varias ocasiones a las semifinales y finales del torneo.

Eso sí, esto no quedó ahí puesto que el periodista no entendió la corrección del monarca del tenis mundial y rápidamente espetó ¿perdón?, a lo que Murray, con un rostro serio, reiteró: tenistas masculinos, ¿vale?”“. Al respecto, medios deportivos de todo el mundo han tildado esta polémica de “sexista”.

Esta no es la primera vez que Andy sale en defensa de los logros que han tenido sus pares del sexo femenino, dado que en los pasados Juegos Olímpicos de Río 2016, el tenista se levantó para corregir a un periodista que lo estaba felicitando por ser el primer jugador colgarse dos oros en dos citas olímpicas diferentes (2012 y 2016).

En dicha oportunidad, Murray le señaló que el no era el primero en conquistar dos preseas doradas ya que las hermanas Williams tenían como cuatro cada una.

Finalmente, cabe enfatizar la lucha por la igualdad de derechos que es parte de la vida de Murray, se debe en gran parte a su madre, Judy Murray, quien por cierto fue la que se encargó de entrenar al tenista durante su adolescencia.