Amenazas, intimidación de los servicios secretos y grandes dificultades para llevar a cabo controles: la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ‘atacó’ a Rusia este miércoles al desvelar los frutos de su trabajo llevado a cabo desde noviembre, dos días antes de la decisión clave de la IAAF sobre la participación de sus atletas en Río 2016.

Estas nuevas revelaciones de la AMA resonaron con fuerza en los pasillos del Gran Hotel de Viena, en Austria, que acoge al Consejo de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

Y es que la AMA ha dejado de lado la diplomacia para comunicar su trabajo. Sin tapujos.

“Agentes armados del FSB (servicios secretos rusos) amenazaron con expulsar del país a los controladores (antidopaje)”, detalló la AMA en su informe.

Esas escenas tuvieron lugar en ciudades rusas con presencia militar, “a menudo escogidas” por los deportistas como lugar de residencia, ya que están obligados a dar una localización, conforme al código mundial antidopaje, para que los controladores puedan encontrarlos.

Esas ciudades, además, tienen la particularidad de que son difícilmente accesibles. “Los deportistas saben que es necesario obtener autorizaciones especiales para poder entrar”, afirmó la AMA.

Se pidió el acceso a esas ciudades en febrero de 2016. “A 27 de mayo de 2016, la Agencia Antidopaje Rusa (Rusada) ha garantizado el acceso pero el ministerio de Deportes no ha entregado ningún documento oficial”, añadió.

De esta forma, los controladores que se han aventurado en esas ciudades han sido víctimas “de intimidaciones”.

Esas amenazas atestiguan las dificultades encontradas por la AMA para evaluar los progresos de Rusia en materia de la lucha contra el dopaje.

52 resultados anormales

Los deportistas rusos se han sometido a 2.947 controles antidopaje entre el 18 de noviembre de 2015 y el 29 de mayo de 2016, con 52 resultados anormales, de entre ellos 49 por meldonium, detalló la AMA.

Pero fue imposible llevar a cabo 736 controles desde noviembre. De los 2.947 completados, 2.142 pertenecen a los deportes olímpicos de verano, por 805 de los de invierno.

La Agencia Británica Antidopaje, a pedido de la AMA para vigilar los esfuerzos rusos, sólo pudo realizar 455. La IAAF, por su parte, 655.

Más allá de las cifras, la AMA muestra sobre todo el perfil de un país que está aún lejos de haber acabado con la cultura del dopaje.

La AMA citó también el ejemplo de “un laboratorio de análisis operativo” presente en las sedes del campeonato nacional de halterofilia. Éste tenía “una centrifugadora y otros equipos de análisis en marcha mientras los deportistas entraban libremente”, describió.

Asimismo, “un cierto número de laboratorios acreditados por la AMA (y encargados de analizar las muestras tomadas en Rusia) constataron que las cajas que contenían las muestras habían sido abiertas por las aduanas rusas”.

El viernes, en Viena, el Consejo de la IAAF deberá decidir si acepta que los atletas rusos participen en los Juegos Olímpicos.

Al mismo tiempo, Rusia se encuentra también en el ojo del huracán de la UEFA, hasta el punto de que ha sido amenazada con la expulsión por el comportamiento de sus hooligans en la Eurocopa de Francia-2016.

Esta semana se presenta, por lo tanto, decisiva para un país que acogió el Mundial de atletismo en 2013, los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014 y que recibirá a la Copa del Mundo de 2018.