La motivación en el mundo del deporte es una llave capaz de abrir múltiples puertas hacia el éxito. El fútbol es esta vez un ejemplo de aquello de la mano de un entrenador quien utilizó esta herramienta para dar una importante lección de vida en España.

Resulta que San Roque Balompié, un modesto club de Sevilla, estaba a punto de perder la categoría, y el técnico Antonio Fernández se despachó una increíble charla motivacional a sus dirigidos para dar vuelta el resultado.

“Hoy estos son mis jugadores. Y con estos jugadores yo voy a muerte, hoy. Mañana con el que esté, pero éste es el mío hoy. Y este es tu escudo (mientras señala el escudo de un jugador) y llevas 10 años con el. ¡10! Y puede ser la primera vez que vayas a bajar a segunda. Hoy, no. Este que está aquí (se señala a sí mismo) no va a permitir a ninguno que no luche. Esa es la diferencia entre los que se rinden y los que no dejan de luchar. Para eso vine yo aquí. Yo vine aquí por 5 partidos para que ni un solo futbolista de ustedes se rinda. Yo me estoy jugando la vida”, comenzó expresando con ainco a sus dirigidos.

“Para mí es un reto muy bonito, pero sé que aquí hay materia de jugadores, por eso vine. ¡Aquí hay materia de jugadores! Solamente hay una cosa, que no se los he dicho antes: este equipo ha recobrado las sonrisas en los entrenamientos. Ha vuelto a sonreír. No quiero ni un puto futbolista que se meta aquí llorando si se pierde. ¡No, señor! Si se entra aquí perdiendo, con la cabeza alta, porque lo han merecido ganar. Lloro ninguno. Llora por tu padre, llora por tu madre, llorar por el fútbol no. ¡Déjalo todo! Juampe (uno de sus jugadores), hoy vas a meter todas las que tengas. ¡Todas! El equipo, al descanso, se va a venir con los tres puntos. Lo vamos a ganar en el primer tiempo este partido. Si hay un futbolista que no crea, puede coger por la puerta e irse. Trabajadlo, disfrutadlo… ¡El fútbol es la vida! Lo vuelvo a repetir: ¡El fútbol es la vida! Si yo lucho, lucharé en mi vida. Si soy un cobarde, seré un cobarde en mi vida. Ahí hay que meter la pierna a muerte. ¡A muerte! Nos estamos jugando la vida. ¡Nos estamos jugando la vida! ¿Les queda claro? Hay una sola palabra: ¡Equipo! ¡Equipo! ¡Equipo! Y nos vamos…”, sin palabras.

¿Y que creen que sucedió tras el partido? El equipo no tuvo miedo a nada y apabulló a su rival 6-0. Con ese resultado mantuvo la categoría.