Creadores regionales se destacaron en concurso de dramaturgia

Sebastián Rodríguez | Agencia UNO
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Obras que postularon desde Concepción y Curicó llegaron a la etapa final del certamen que se organizó para el ANIVERSARIO/75 del Teatro Nacional Chileno.

Gisel Sparza (39) y Carlos Aragay (29) tienen, al menos, tres cosas en común: son dramaturgos, desarrollan su actividad en regiones (Concepción y Curicó) y fueron finalistas del III Concurso de Dramaturgia 2015, dedicado a la actriz Bélgica Castro y al dramaturgo José Ricardo Morales, cuya ganadora fue Sally Campusano con su obra “El automóvil amarillo”.

El certamen se dirimió en el marco del ANIVERSARIO/75 del Teatro Nacional Chileno (TNCH), fundado como Teatro Experimental (1941), y fue convocado en conjunto con el Departamento de Teatro (Detuch) y el Magíster en Dirección Teatral, entidades de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Las obras “Hombre mito” y “Cuéntame, la impunidad de la noche” son dos de los cinco textos mejor evaluados que también llegaron a la etapa final.

Tanto Gisel como Carlos son representantes de la escena regional, vertiente indispensable para dibujar la fisonomía completa del teatro chileno.

Perfiles de unas vidas

Escritor y concejal

Carlos Aragay, licenciado en la Escuela de Cine, tiene estudios de Derecho (U. de Chile), además de ser concejal de Romeral, comuna cordillerana de la provincia de Curicó, Región del Maule.

“Estoy comenzando mi trabajo como escritor profesional”, cuenta este escritor de relatos cortos que prepara la colección “Cuentos pop”, relacionados con el lenguaje y la imagen dramatúrgica.

Aragay reconoce como maestro al dramaturgo Benjamín Galemiri y a la creadora teatral Manuela Infante, su autora favorita. “Leo enamoradamente a Roberto Bolaño y veo mucho cine, si es hispanoamericano mejor”, comenta. Entre los autores internacionales admira a Samuel Becket, Albert Camus y Federico García Lorca.

El autor del texto finalista “Cuéntame, la impunidad de la noche” le ha dedicado tiempo a la actividad cultural en su zona. Por ejemplo, impulsó la creación de la Corporación Cultural de Romeral y forma parte de la Agrupación Cultural Canto en Vano.

Otras cuatro obras ha escrito, aclarando que las ha montado “de manera amateur”, junto con intervenir “como director y actor”: “Gracias a la vida, tributo a Violeta Parra”, “Si es necesario matamos al alcalde”, “Revoluciones pendientes” e “Inconsciente colectivo”.

Su formación audiovisual también lo ha llevado a escribir cortometrajes y a actuar en algunos, trabajos hechos para la Escuela de Cine de Chile, Santo Tomás de Talca y la Universidad de Valparaíso.

Y tiene un sueño: “Estamos trajando para formar una compañía teatral permanente en Curico, a través de ‘Revoluciones pendientes’, que habla de actores que montan una obra de Víctor Jara en donde se discute una posible homosexualidad de nuestro querido icono artístico, lo que genera un conflicto respecto de los anhelos, peleas y la cultura de la izquierda del siglo XX”.

Extensa trayectoria

Gisel Sparza, Postgrado en Dramaturgia (Universidad Nacional de Artes, de Buenos Aires), fundó en 1999 la compañía franco-chilena La Obra (hasta 2012), una importante etapa en su prolífica trayectoria.

Obras como “La raíz del silencio” y “Venceremos” subieron al escenario bajo su dirección, algunas en francés, bretón mapudungún y español.

Como gestora y directora con vínculos nacionales e internacionales, Gisel montó siete obras en el C. C. Ixcan Creativo (norte de Guatemala), espacio para jóvenes mayas, que co fundó; e intervino en el proyecto Zapata Chile, Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y Haití (2015).

Participó en el Festival de Teatro por la Identidad (Abuelas de la Plaza de Mayo), con “HP/Hans Pozo”, de Luis Barrales; y ganó un Iberescena para la dramaturgia de “Vírgenes de la barrikadas”, en alianza con la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Benito Juárez (Oaxaca, México).

En Chile, fue becaria del Consejo de la Cultura en talleres de dramaturgia, y de La Maulina Producciones, alumna del dramaturgo Juan Radrigán, mientras monta “La lira negra del chiflón” (Fondart Regional) y escribe “Sebastián Acevedo, Prometeo nacional” (Fondo Nacional del Libro).

El año pasado, el Fondart financió su “Domo achawal”, proyecto interdisciplinario, apoyado por el Instituto Francés y la Ville de Nantes (Francia).

Actualmente se encuentra en proceso de montaje su texto “Con cierto deseo”, que busca un diálogo horizontal entre teatro y música.

Entre sus maestros, Gisel menciona a los argentinos Mauricio Kartun (“crea mundos con las palabras”), Rafael Spregelburd (“aprendo de su manera de contar historias sencillas con grandes reflexiones”); y Luis Cano (“me encanta su uso de la poesía sin miedo alguno”).

También admira a la chilena Manuela Infante por “sus textos inteligentes e íntimos, a veces”, y a Juan Radrigan, “un hombre sabio de una sensibilidad envidiable que plasma en sus textos”.

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Obras que postularon desde Concepción y Curicó llegaron a la etapa final del certamen que se organizó para el ANIVERSARIO/75 del Teatro Nacional Chileno.

Gisel Sparza (39) y Carlos Aragay (29) tienen, al menos, tres cosas en común: son dramaturgos, desarrollan su actividad en regiones (Concepción y Curicó) y fueron finalistas del III Concurso de Dramaturgia 2015, dedicado a la actriz Bélgica Castro y al dramaturgo José Ricardo Morales, cuya ganadora fue Sally Campusano con su obra “El automóvil amarillo”.

El certamen se dirimió en el marco del ANIVERSARIO/75 del Teatro Nacional Chileno (TNCH), fundado como Teatro Experimental (1941), y fue convocado en conjunto con el Departamento de Teatro (Detuch) y el Magíster en Dirección Teatral, entidades de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Las obras “Hombre mito” y “Cuéntame, la impunidad de la noche” son dos de los cinco textos mejor evaluados que también llegaron a la etapa final.

Tanto Gisel como Carlos son representantes de la escena regional, vertiente indispensable para dibujar la fisonomía completa del teatro chileno.

Perfiles de unas vidas

Escritor y concejal

Carlos Aragay, licenciado en la Escuela de Cine, tiene estudios de Derecho (U. de Chile), además de ser concejal de Romeral, comuna cordillerana de la provincia de Curicó, Región del Maule.

“Estoy comenzando mi trabajo como escritor profesional”, cuenta este escritor de relatos cortos que prepara la colección “Cuentos pop”, relacionados con el lenguaje y la imagen dramatúrgica.

Aragay reconoce como maestro al dramaturgo Benjamín Galemiri y a la creadora teatral Manuela Infante, su autora favorita. “Leo enamoradamente a Roberto Bolaño y veo mucho cine, si es hispanoamericano mejor”, comenta. Entre los autores internacionales admira a Samuel Becket, Albert Camus y Federico García Lorca.

El autor del texto finalista “Cuéntame, la impunidad de la noche” le ha dedicado tiempo a la actividad cultural en su zona. Por ejemplo, impulsó la creación de la Corporación Cultural de Romeral y forma parte de la Agrupación Cultural Canto en Vano.

Otras cuatro obras ha escrito, aclarando que las ha montado “de manera amateur”, junto con intervenir “como director y actor”: “Gracias a la vida, tributo a Violeta Parra”, “Si es necesario matamos al alcalde”, “Revoluciones pendientes” e “Inconsciente colectivo”.

Su formación audiovisual también lo ha llevado a escribir cortometrajes y a actuar en algunos, trabajos hechos para la Escuela de Cine de Chile, Santo Tomás de Talca y la Universidad de Valparaíso.

Y tiene un sueño: “Estamos trajando para formar una compañía teatral permanente en Curico, a través de ‘Revoluciones pendientes’, que habla de actores que montan una obra de Víctor Jara en donde se discute una posible homosexualidad de nuestro querido icono artístico, lo que genera un conflicto respecto de los anhelos, peleas y la cultura de la izquierda del siglo XX”.

Extensa trayectoria

Gisel Sparza, Postgrado en Dramaturgia (Universidad Nacional de Artes, de Buenos Aires), fundó en 1999 la compañía franco-chilena La Obra (hasta 2012), una importante etapa en su prolífica trayectoria.

Obras como “La raíz del silencio” y “Venceremos” subieron al escenario bajo su dirección, algunas en francés, bretón mapudungún y español.

Como gestora y directora con vínculos nacionales e internacionales, Gisel montó siete obras en el C. C. Ixcan Creativo (norte de Guatemala), espacio para jóvenes mayas, que co fundó; e intervino en el proyecto Zapata Chile, Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y Haití (2015).

Participó en el Festival de Teatro por la Identidad (Abuelas de la Plaza de Mayo), con “HP/Hans Pozo”, de Luis Barrales; y ganó un Iberescena para la dramaturgia de “Vírgenes de la barrikadas”, en alianza con la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Benito Juárez (Oaxaca, México).

En Chile, fue becaria del Consejo de la Cultura en talleres de dramaturgia, y de La Maulina Producciones, alumna del dramaturgo Juan Radrigán, mientras monta “La lira negra del chiflón” (Fondart Regional) y escribe “Sebastián Acevedo, Prometeo nacional” (Fondo Nacional del Libro).

El año pasado, el Fondart financió su “Domo achawal”, proyecto interdisciplinario, apoyado por el Instituto Francés y la Ville de Nantes (Francia).

Actualmente se encuentra en proceso de montaje su texto “Con cierto deseo”, que busca un diálogo horizontal entre teatro y música.

Entre sus maestros, Gisel menciona a los argentinos Mauricio Kartun (“crea mundos con las palabras”), Rafael Spregelburd (“aprendo de su manera de contar historias sencillas con grandes reflexiones”); y Luis Cano (“me encanta su uso de la poesía sin miedo alguno”).

También admira a la chilena Manuela Infante por “sus textos inteligentes e íntimos, a veces”, y a Juan Radrigan, “un hombre sabio de una sensibilidad envidiable que plasma en sus textos”.