El mundial de Balonmano organizado por Qatar estuvo marcado por las criticas hacia el combinado anfitrión, principalmente por la multinacional selección que contaba en sus filas con montenegrinos, un francés, un cubano, un tunecino, un español y un egipcio, dirigidos por Valero Rivera, el entrenador español campeón del mundo en 2013.

Además de la selección, Qatar contaba con la particularidad de tener más de una hinchada, singularmente son 3: La “africana”, pone el ruido y el ritmo; la “española”, está formada por 60 hinchas que llegaron contratados con todos los gastos pagos; y la tercera que lleva la ropa deportiva de la selección.

Con toda la inversión que realizó el combinado dueño de casa logró avanzar en el mundial y alcanzó una histórica final ante la selección de Francia, y pese a caer 22-25, se convirtió en el primer país no europeo en conseguir una medalla, algo inexistente años anteriores, ya que la mejor posición que Qatar había alcanzado en un mundial era un decimosexto lugar.

Y a raíz de la polémica ocurrida en el balonmano, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, indicó que “excesos” como la selección de balonmano de Catar “casi exclusivamente compuesta por jugadores recientemente naturalizados”, no son permitidos en el fútbol, según una columna que aparecerá el viernes en una publicación de su instancia.

En la presentación del semanario de la FIFA publicada este jueves en el sitio de la Federación Internacional de Fútbol, en la rúbrica “el billete del presidente”, se puede leer: “Durante el campeonato del mundo de balonmano, Catar alineó a un equipo casi exclusivamente compuesto por jugadores recientemente naturalizados. En fútbol, tales excesos no serían posibles. La FIFA no lo permite”, previno el presidente de la FIFA.

En el reglamento de la FIFA, está escrito como principio general: “Todo jugador que ya ha jugado, con una federación, en un partido internacional (en todo o en parte) de una competición oficial no puede ser alineado en partido internacional con otro miembro (de la FIFA)”.

El equipo nacional de Catar de balonmano (casi exclusivamente compuesta por jugadores de origen extranjero, bosnios, cubanos, egipcios, españoles, franceses, iraníes, montenegrinos, sirios o tunecinos) se clasificó para la final del campeonato del mundo organizado en su suelo, perdida el domingo frente a Francia.