Músicos exigen eliminar 20.000 videos de YouTube o demandarán por 1.000 millones de dólares

Alexander Tamargo | AFP
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La gigante de los videos en línea, YouTube, se encuentra entre la espada y la pared luego de que un amplio consorcio de artistas le exigiera la remoción de cerca de 20.000 videos musicales, como condición para no demandarla por un total de 1.000 millones de dólares.

Se trata de 40 músicos, entre quienes se encuentran Pharrell Williams, The Eagles, Smokey Robinson, Chris Cornell y las sucesiones de John Lennon, y de George e Ira Gershwin, quienes son representados por la firma legal Global Music Rights.

Según Irving Azoff, representante de la firma, actualmente YouTube tiene entre sus archivos miles de canciones de las cuales no tiene derechos de reproducción. Por su parte, la subsidiaria de Google asegura que sí están en posesión de los derechos, cedidos directamente por organismos de propiedad intelectual, lo cual le permitiría lanzar próximamente Music Key, un servicio de música por suscripción para competir con Spotify y Pandora.

“(YouTube es la empresa) que ha sido menos cooperativa y al mismo tiempo, la que nuestros clientes consideran los peores transgresores (de sus derechos)”, indicó Azoff a The Hollywood Reporter.

La situación sin embargo es compleja. Organismos de administración de propiedad intelectual como ASCAP o BMI conceden licencias en paquetes de varios años a la vez. Si un artista decide desistir de su licencia, el licenciatario aún tiene derecho a utilizarla hasta el término del periodo pactado.

Aún así, los representantes de los artistas insisten en que Google se escuda en acuerdos globales de licencias, pero que no posee las licencias individuales que le dan derecho a usar las canciones de cada músico.

“YouTube simplemente ignora las solicitudes de proveer información porque opera aprovechando licencias globales de organizaciones de administración de derechos. La empresa se niega a mostrarnos los detalles de dichos acuerdos, presumiblemente porque estos no los facultan para usar nuestras canciones en ninguno de sus servicios, y menos aún con su próximo servicio Music Key”, detalló el abogado Howard King.

El problema se ve agravado por el fuerte debate encendido en las últimas semanas respecto de los bajos ingresos que los artistas perciben por parte de los servicios de suscripción de música en línea. Como ejemplo, la revista Time indica que pese a que el hit Happy de Pharrell Williams alcanzó las 43 millones de reproducciones en Pandora, esto le significó ganancias de apenas 2.700 dólares, poco más de 1.6 millones de pesos.

De la misma forma, se estima que Spotify paga a los artistas entre 0.006 y 0.0084 dólares por cada reproducción, es decir, entre 3.6 y 5.1 pesos chilenos.

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La gigante de los videos en línea, YouTube, se encuentra entre la espada y la pared luego de que un amplio consorcio de artistas le exigiera la remoción de cerca de 20.000 videos musicales, como condición para no demandarla por un total de 1.000 millones de dólares.

Se trata de 40 músicos, entre quienes se encuentran Pharrell Williams, The Eagles, Smokey Robinson, Chris Cornell y las sucesiones de John Lennon, y de George e Ira Gershwin, quienes son representados por la firma legal Global Music Rights.

Según Irving Azoff, representante de la firma, actualmente YouTube tiene entre sus archivos miles de canciones de las cuales no tiene derechos de reproducción. Por su parte, la subsidiaria de Google asegura que sí están en posesión de los derechos, cedidos directamente por organismos de propiedad intelectual, lo cual le permitiría lanzar próximamente Music Key, un servicio de música por suscripción para competir con Spotify y Pandora.

“(YouTube es la empresa) que ha sido menos cooperativa y al mismo tiempo, la que nuestros clientes consideran los peores transgresores (de sus derechos)”, indicó Azoff a The Hollywood Reporter.

La situación sin embargo es compleja. Organismos de administración de propiedad intelectual como ASCAP o BMI conceden licencias en paquetes de varios años a la vez. Si un artista decide desistir de su licencia, el licenciatario aún tiene derecho a utilizarla hasta el término del periodo pactado.

Aún así, los representantes de los artistas insisten en que Google se escuda en acuerdos globales de licencias, pero que no posee las licencias individuales que le dan derecho a usar las canciones de cada músico.

“YouTube simplemente ignora las solicitudes de proveer información porque opera aprovechando licencias globales de organizaciones de administración de derechos. La empresa se niega a mostrarnos los detalles de dichos acuerdos, presumiblemente porque estos no los facultan para usar nuestras canciones en ninguno de sus servicios, y menos aún con su próximo servicio Music Key”, detalló el abogado Howard King.

El problema se ve agravado por el fuerte debate encendido en las últimas semanas respecto de los bajos ingresos que los artistas perciben por parte de los servicios de suscripción de música en línea. Como ejemplo, la revista Time indica que pese a que el hit Happy de Pharrell Williams alcanzó las 43 millones de reproducciones en Pandora, esto le significó ganancias de apenas 2.700 dólares, poco más de 1.6 millones de pesos.

De la misma forma, se estima que Spotify paga a los artistas entre 0.006 y 0.0084 dólares por cada reproducción, es decir, entre 3.6 y 5.1 pesos chilenos.