Cine chileno muestra la fuerza de su “año histórico” en el festival de San Sebastián

Cristián Jimenez junto a Ingrid Isensee y María Siebald | Rafa Rivas | AFP
Cristián Jimenez junto a Ingrid Isensee y María Siebald | Rafa Rivas | AFP
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El cine chileno vive “un año histórico” que se refleja en el festival de cine de San Sebastián, donde ha aterrizado con una selección de hasta cinco títulos y dos cortometrajes en distintas secciones del certamen donostiarra.

“Es un año histórico en el nivel de producción. Estamos alcanzando una cifra histórica con la proyección de 45 estrenos comerciales en nuestro país de cintas hechas con directores nacionales”, casi el doble del pasado año, explicó a la AFP Constanza Arena, directora ejecutiva de CinemaChile, la agencia de promoción del cine en nuestro país.

La nómina chilena está encabezada por “La voz en off” de Cristián Jiménez, que compite en la sección oficial del certamen, pero también cuenta con otros títulos interesantes como “Matar a un hombre”, un thriller de Alejandro Fernández Almendras, premiada en el festival de Sundance y que representará a su país en los Oscar.

“Matar a un hombre”, en la que Almendras explora “como nos enfrentaríamos cada uno de nosotros a la hora de cometer un crimen”, compite en la sección paralela Horizonte Latinos, donde también está la coproducción “Dos disparos” de Martin Reijman.

“Chile empieza a ser muy fuerte, curiosamente, es un país que está muy poderoso, posiblemente porque están haciendo desde las instituciones una política fuerte de apoyo”, reconocía recientemente a la AFP el director del festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos.

Llegar al mercado internacional

El cine chileno ha captado la atención de público y crítica en los últimos años con películas como “Gloria” de Sebastián Lelio, que triunfó en los premios Platino, o “Taxi para tres”, de Orlando Lübbert que ganó la Concha de Oro a la mejor película en este festival de San Sebastián en 2001.

“En 2005, Chile detectó que su mercado era demasiado pequeño y que si había que desarrollar una industria había que concentrarse en el mercado internacional” con lo que los esfuerzos se enfocaron a “las exportaciones, en el fomento de la internacionalización y la asistencia a festivales y mercados”, explicó Arena.

“Así logramos despertar el interés afuera y ahora el desafío grande es conquistar el público local” en Chile, añadió.

“Conseguir el público chileno para películas chilenas es muy difícil”, afirmaba el martes Augusto Matte, productor de “La voz en off”, cuyo director, Cristián Jiménez, consideraba en Chile hay apetito por este tipo de cine, pero “lo malo es que no hay un circuito para ello. Las carteleras están prácticamente secuestradas por un tipo de película” más comercial.

Para intentar acercar más el público chileno a su filmografía actual, CinemaChile ha impulsado un circuito de 55 salas de diferentes tamaños según la comunidad en que se encuentren en las que se proyectan estas películas.

Estos locales “tienen precios populares” y programan estrenos simultáneos y presentaciones con los actores y directores.

Incentivos fiscales

No obstante, los productores y realizadores se quejan de que las ayudas estatales aún son pocas para apoyar su cine.

“Se produce ocho veces más fuera del sistema de apoyo gubernamental que dentro del sistema y trabajar dentro del sistema es la única forma, no sólo de cubrir los costos reales de una película, sino también de que los profesionales y los técnicos vivan de eso”, explicó Almendras a la AFP.

Matte reconoce que hay pocos fondos “porque somos un país pequeño”, pero echa en falta incentivos fiscales para atraer capital privado a la producción, algo que también reconoce Arenas.

“Lo que está faltando es un incentivo fiscal para que cualquiera que quiera venir a invertir en cine logre deducir impuestos” como ocurre en otros países como Colombia, concluyó Arenas.

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El cine chileno vive “un año histórico” que se refleja en el festival de cine de San Sebastián, donde ha aterrizado con una selección de hasta cinco títulos y dos cortometrajes en distintas secciones del certamen donostiarra.

“Es un año histórico en el nivel de producción. Estamos alcanzando una cifra histórica con la proyección de 45 estrenos comerciales en nuestro país de cintas hechas con directores nacionales”, casi el doble del pasado año, explicó a la AFP Constanza Arena, directora ejecutiva de CinemaChile, la agencia de promoción del cine en nuestro país.

La nómina chilena está encabezada por “La voz en off” de Cristián Jiménez, que compite en la sección oficial del certamen, pero también cuenta con otros títulos interesantes como “Matar a un hombre”, un thriller de Alejandro Fernández Almendras, premiada en el festival de Sundance y que representará a su país en los Oscar.

“Matar a un hombre”, en la que Almendras explora “como nos enfrentaríamos cada uno de nosotros a la hora de cometer un crimen”, compite en la sección paralela Horizonte Latinos, donde también está la coproducción “Dos disparos” de Martin Reijman.

“Chile empieza a ser muy fuerte, curiosamente, es un país que está muy poderoso, posiblemente porque están haciendo desde las instituciones una política fuerte de apoyo”, reconocía recientemente a la AFP el director del festival de San Sebastián, José Luis Rebordinos.

Llegar al mercado internacional

El cine chileno ha captado la atención de público y crítica en los últimos años con películas como “Gloria” de Sebastián Lelio, que triunfó en los premios Platino, o “Taxi para tres”, de Orlando Lübbert que ganó la Concha de Oro a la mejor película en este festival de San Sebastián en 2001.

“En 2005, Chile detectó que su mercado era demasiado pequeño y que si había que desarrollar una industria había que concentrarse en el mercado internacional” con lo que los esfuerzos se enfocaron a “las exportaciones, en el fomento de la internacionalización y la asistencia a festivales y mercados”, explicó Arena.

“Así logramos despertar el interés afuera y ahora el desafío grande es conquistar el público local” en Chile, añadió.

“Conseguir el público chileno para películas chilenas es muy difícil”, afirmaba el martes Augusto Matte, productor de “La voz en off”, cuyo director, Cristián Jiménez, consideraba en Chile hay apetito por este tipo de cine, pero “lo malo es que no hay un circuito para ello. Las carteleras están prácticamente secuestradas por un tipo de película” más comercial.

Para intentar acercar más el público chileno a su filmografía actual, CinemaChile ha impulsado un circuito de 55 salas de diferentes tamaños según la comunidad en que se encuentren en las que se proyectan estas películas.

Estos locales “tienen precios populares” y programan estrenos simultáneos y presentaciones con los actores y directores.

Incentivos fiscales

No obstante, los productores y realizadores se quejan de que las ayudas estatales aún son pocas para apoyar su cine.

“Se produce ocho veces más fuera del sistema de apoyo gubernamental que dentro del sistema y trabajar dentro del sistema es la única forma, no sólo de cubrir los costos reales de una película, sino también de que los profesionales y los técnicos vivan de eso”, explicó Almendras a la AFP.

Matte reconoce que hay pocos fondos “porque somos un país pequeño”, pero echa en falta incentivos fiscales para atraer capital privado a la producción, algo que también reconoce Arenas.

“Lo que está faltando es un incentivo fiscal para que cualquiera que quiera venir a invertir en cine logre deducir impuestos” como ocurre en otros países como Colombia, concluyó Arenas.