No, no es una foto de una mujer nadando, es una pintura del artista venezolano Gustavo Silva Nuñez quien desde su infancia estuvo inmerso en el mundo del arte ya que su padre es pintor y su madre es escultora y ceramista.
Sus pinturas transmiten frescura y paz con la ilusión de estar con los pies en el agua sea de la playa o piscina en la que nadan y flotan sus musas.
En entrevista con el sitio web de Galerías de Arte de Barcelona el 2015, el artista de 35 años habló sobre su proceso de trabajo donde confesó que: “Primero pienso la imagen que quiero llevar a cabo haciéndola a través de la fotografía, en la mayoría de los casos soy yo el que la realiza y en otros casos cuando se trata de tomas en estudio no referentes al tema del agua cuento con la ayuda de un excelente equipo de producción bajo mi dirección artística”
Donde agregó que “Una vez escogida la imagen paso a hacerla a mano alzada en el lienzo en blanco con lápiz, trazando las líneas que me irán diciendo a mi parecer por donde irá la pintura. Luego comienzo a poner la pintura con pincel por capas de colores, en la mayoría de los casos llegan a ser muchísimas capas, para luego empezar con los miles de detalles que contiene la imagen. En mis pinturas el secreto está en conocer y comprender los puntos de luz que le dan vida a mis imágenes.”
Nacido en Valencia a 150 km al Oeste de Caracas, ha participado en alrededor de 40 exposiciones individuales y colectivas en su país y en el extranjero y ha confesado que no le molesta que cataloguen su pintura como fotorrealista.
Además cultiva una de sus mayores inspiraciones que es su pasión por la música, en un primer momento fue baterista del grupo Soulmachine y luego lo fue de Punky Brewsters.
Su técnica ha sido destacado por distintos artistas como Michael Zavros, Antonio Santin, Cheryl Kelley y Arístides Ruiz para sólo algunos.
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