La clásica rutina de verificaciones administrativas y técnicas del Dakar, esta vez no pasaron de ser un rápido trámite para el piloto Pablo Quintanilla, quien las aprobó en menos de una hora en el Parque Tecnópolis, base del rally en Buenos Aires.

“Teníamos todo preparado para hacerlo ágil; sabíamos el proceso, qué papeles presentar y cómo llevarles la moto a los comisarios técnicos. Estamos listos para pasar mañana por la largada protocolar y comenzar la carrera el domingo”, dijo el deportista nacional.

Quintanilla, en cambio, sí invirtió tiempo en reunirse con la gente de KTM Factory Racing, que lo acoge como piloto soporte y le entrega material de punta para la carrera.

“Primero tuve una reunión con el team manager, Alex Doringer, para decirme lo que esperan de mí en el Dakar y lo que tengo a disposición: un buen motor factory, suspensiones WhitePower y el camión de repuestos abierto para mi mecánico, Marco Campos”.

Respecto a lo que esperan, el chileno confesó que le apuntaron a poder concluir su primer Dakar.

“Quieren que termine mi primer Dakar, que vaya pasando cada etapa sin pensar en el siguiente día, que no tome riesgos por ganar uno, dos o tres puestos. Reconocen el nivel que tengo y piensan que haciendo la carrera de esta manera, terminaré bien”.

Más tarde, Pablo conversó largo con el campeón español del Dakar, Marc Coma; el subcampeón catalán, Jordi Viladoms; y el jefe mecánico austríaco, Stefan Huber. “Me recibieron súper bien, hablamos de muchas cosas que valen oro en la carrera, consejos muy importantes. KTM los tiene en un hotel de lujo y allá no llega nadie, pero de a poco me van abriendo las puertas”.