Fernando Atria: “Una reforma refundacional”

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Decir que la reforma educacional busca disminuir o negar la libertad de los padres para elegir el establecimiento de sus hijos es, como ya hemos visto, una grosera distorsión, una inversión brutal de lo que es efectivamente el caso motivado solamente por la necesidad de negar la reforma aun cuando no hay argumentos para eso. Es un argumento que descansa en la pura facticidad de que unos tienen más prensa que otros, y por consiguiente lo que ellos dicen será repetido aunque sea manifiestamente falso, y al ser repetido será tomado por verdadero.

Hoy nos están bombardeando con otro sinsentido. Nos dicen que la Nueva Mayoría tiene dos almas, una de las cuales es razonable y sensata, y entonces quiere construir sobre lo que se ha hecho en los últimos 20 o 25 años, modificando lo que haya de ser modificado y reteniendo lo que haya de ser retenido, y otra que es irresponsable, infantil y maximalista, que quiere “refundarlo todo”. Esta última sería la de la “retroaexcavadora”, que está dispuesta a destruir para entonces construir. Y la Nueva Mayoría encerraría dentro de ella esta tensión, una tensión que puede llevar a su fractura, entre “reformistas” y “refundacionales”.

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Decir que la reforma educacional busca disminuir o negar la libertad de los padres para elegir el establecimiento de sus hijos es, como ya hemos visto, una grosera distorsión, una inversión brutal de lo que es efectivamente el caso motivado solamente por la necesidad de negar la reforma aun cuando no hay argumentos para eso. Es un argumento que descansa en la pura facticidad de que unos tienen más prensa que otros, y por consiguiente lo que ellos dicen será repetido aunque sea manifiestamente falso, y al ser repetido será tomado por verdadero.

Hoy nos están bombardeando con otro sinsentido. Nos dicen que la Nueva Mayoría tiene dos almas, una de las cuales es razonable y sensata, y entonces quiere construir sobre lo que se ha hecho en los últimos 20 o 25 años, modificando lo que haya de ser modificado y reteniendo lo que haya de ser retenido, y otra que es irresponsable, infantil y maximalista, que quiere “refundarlo todo”. Esta última sería la de la “retroaexcavadora”, que está dispuesta a destruir para entonces construir. Y la Nueva Mayoría encerraría dentro de ella esta tensión, una tensión que puede llevar a su fractura, entre “reformistas” y “refundacionales”.