Al igual que el declive en la respuesta sexual que experimentan las mujeres en la adultez, los hombres enfrentan un etapa similar.

Se trata de la andropausia, una disminución en la producción de la testosterona masculina. Recordemos que esa hormona se produce en los testículos y las glándulas suprarrenales, y cumple funciones similares a las del estrógeno en la mujeres.

“Es un descenso lento pero continuado de la secreción de testosterona, que se da en los hombres a partir de los 45 años”, explica Raúl González Castellanos, sexólogo y psicopedagogo, al diario electrónico El País.

“Los hombres tendemos más a ocultar los problemas y sentimientos que las mujeres, porque llevamos una larga tradición educativa en la que teníamos que ser fuertes, en la que mostrar nuestras flaquezas o afectos era sinónimo de debilidad”, reflexiona el especialista.

Falta de deseo sexual

La andropausia o “síndrome de déficit de testosterona” puede afectar al 20 o 30% de los varones mayores de 55 años.

En este contexto, el especialista detalla que los principales síntomas, son la falta de deseo sexual y problemas para conseguir una erección.

“Este descenso de los niveles de testosterona conlleva una reducción de la agresividad, del deseo sexual y de la masa muscular, entre otras cosas. Y, como ocurre con la menopausia, existe también una terapia hormonal sustitutoria para tratar a hombres afectados por la andropenia”, afirma.

Asimismo, se pueden experimentar problemas para dormir, como el insomnio, disminución de la fuerza, depresión y problemas para concentrarse.

Existe una serie de factores de riesgo para desarrollar andropenia, como la obesidad, el consumo de tabaco, de fármacos y el estrés emocional, destaca el diario electrónico ABC.

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Problemas para conseguir una erección

Tal y como se mencionaba anteriormente, uno de los síntomas más evidentes de la andropenia es que “las erecciones ya no son tan rígidas como antes”, explica González.

“Aunque la penetración no requiere de una potente erección y puede hacerse con un mínimo de firmeza, el hombre siente que su genital ya no funciona como antes, que el coito es más difícil o, incluso, inviable en determinadas posturas”, profundiza el sexólogo.

Ante estas dificultades producidas por la disminución en la producción de la testosterona masculina, muchos optan por la masturbación, “una satisfacción fácil, rápida y sin testigos que cuestionen su virilidad”, agrega el especialista.

Cabe señalar que se ha descubierto que uno de los principales factores para predecir un riesgo coronario o vascular, es la pérdida de la erección a edades tempranas (de 35 a 40 años).

“Esto siempre que no haya otros motivos como estrés, determinada medicación o enfermedades; por lo que es importante tener en cuenta este factor y consultarlo”, enfatiza el experto.

En estos casos, la mayoría de los hombres tardan en acudir a un profesional e incluso pueden poner en riesgo su salud, recurriendo a recetas “milagrosas” que se venden en Internet y que son de dudosa procedencia.