En la mayoría de las relaciones de parejas existen desacuerdos que pueden provocar más de alguna discusión. Sin embargo, el verdadero problema radica cuando el conflicto se acaba.

Robert Taibbi, trabajador social clínico, detalló en una columna del sitio especializado Psychology Today, que la clave para reconciliarse, es “resolver el problema y aprender la lección”.

“Hay muchas maneras en que las parejas intentan superar una discusión: las disculpas murmuradas, sexo de reconciliación o varios días de parálisis”, ejemplifica el especialista.

Asimismo, Taibbi enumeró una serie de actitudes que no deberías tener tras una discusión:

Lo que no deberías hacer

1. Pretender que la discusión no sucedió: “Te saltas las disculpas y te levantas el domingo por la mañana y finges que lo que sucedió anoche no pasó”, plantea sobre la actitud que debes evitar.

2. Continuar castigando al otro: aplicar la denominada ‘ley del hielo’, puede ser una forma inadecuada de seguir castigando a tu pareja. “Aquí a menudo las personas tienen comportamientos pasivo-agresivos para agregar sal en las heridas del otro”, precisa el experto.

3. Hacer parálisis profunda: esta actitud crea un clima horrible en una relación y “el hogar se convierte en un concurso para ver quién parpadeará primero”, ejemplifica.

Cabe señalar que este comportamiento es dañino para tus hijos, ya que a menudo, ellos creen que el ambiente tenso se provoca porque ellos hicieron algo malo.

4. No pedir perdón: “Disculparse no se trata de admitir que la otra persona tiene razón”, plantea el especialista. En cambio, sirve para asumir la responsabilidad de tu lado de la discusión.

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Lo que deberías hacer

Por otra parte, el especialista planteó una serie de acciones que te ayudarán a reconciliarte sanamente:

1. “Enfriarte”: es mejor poner tu cerebro en un modo “racional” antes de reconciliarte. “Si intentas hablar demasiado pronto, es probable que vuelvan a activarse el uno al otro”, advierte Taibbi.

“Si aún no estás listo para volver y reconciliarse, simplemente di en una frase como: ‘Todavía estoy molesto; no estoy tratando de ignorarte, solo necesito más tiempo para enfriarme"”, complementa.

2. Disculparte: es fundamental para resolver el problema que inició la discusión. De este modo, el desafío es volver al origen del conflicto, hablar de eso y resolver el problema, en vez de “barrerlo debajo de la alfombra”.

3. Mantenerte cuerdo: “Pretende que estás en el trabajo y actúa como lo harías si un compañero de trabajo hiciera algo que te molestara”, aconseja, añadiendo que debes resistir el impulso de caer nuevamente en la discusión.

“Descubre la moraleja de la historia de la discusión: deseas solucionar el problema para que no siga apareciendo, pero también tienes que aprender algo sobre la comunicación y, a menudo, la fuente subyacente del problema“, reflexiona finalmente.