A la hora de formalizar una relación de pareja, los gustos, aspiraciones y metas en la vida, son aspectos que de seguro consideras.

Sin embargo, tener muchos gustos en común con tu pareja, puede aburrirte y generar una monotonía a largo plazo.

“Esperar que nuestros compañeros de vida o cónyuges sean y piensen como nosotros a menudo puede conducir a una sensación de desilusión o fracaso una vez que realmente descubrimos que piensan, actúan y reaccionan de manera diferente a nosotros”, indicó el terapeuta sexual Douglas C. Brooks al sitio Huffington Post.

De este modo, varios expertos enumeraron 8 cosas que no necesitas tener en común con tu pareja:

1. Pasatiempos e intereses

Si bien existen parejas que practican deportes o hacen diversas actividades juntos, hay quienes prefieren buscar intereses distintos a los de su compañero.

“Mientras una pareja priorice pasar tiempo juntos de forma regular, es razonable perseguir intereses completamente diferentes“, explica Elisabeth LaMotte , terapeuta y fundadora del Centro de Consejería y Psicoterapia de DC.

En este contexto, destaca que la capacidad de buscar intereses independientes, refleja un fuerte sentido de identidad individual por parte de ambos miembros de la relación.

“Además, es muy propicio para un nivel saludable de intimidad. Curiosamente, las parejas con intereses diferentes pueden sorprenderse al descubrir y desarrollar un interés compartido en la vida“, apunta la especialista.

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2. Cultura o religión

Elisabeth LaMotte detalla que “para las parejas que comparten la misma religión, raza y cultura, ciertos aspectos de la crianza de sus hijos se sentirán más familiares y pueden implicar menos compromisos o negociaciones“.

En este contexto, destaca que esas parejas son menos propensas a enfrentar resistencia o presión por parte de sus padres en cuanto a su estilo de vida o el método que utilizan para educar a sus hijos.

“Sin embargo, el proceso de exponer a los niños a diferentes puntos de vista, perspectivas y tradiciones, puede ser bastante bello, y ambos padres pueden aprender y crecer en el proceso de navegar por las diferencias religiosas, raciales y culturales”, explica la terapeuta.

3. Ideologías políticas

Uno pensaría que las diferencias políticas definitivamente arruinan las relaciones. Pero no tienen que hacerlo”, explica Kurt Smith, terapeuta que se especializa en aconsejar a los hombres.

De este modo, señala que ha visto a parejas que respetan y entienden sus diferencias políticas, evitando que se convierta en un motivo de discusión.

“Las diferencias son oportunidades para practicar el respeto y la cortesía. Nos pueden hacer más comprensivos, empáticos y de mente abierta. Todas las cosas buenas para una relación sana y feliz”, detalla.

4. Ritmo sexual

El terapeuta Kari Carroll, explicó que “no es necesario que tengas las mismas fijaciones sexuales en común con tu pareja, mientras tengan una sana base emocional de confianza y hayan abordado los traumas pasados”.

Asimismo, enfatizó que trabajar en estas diferencias, requiere aprender sobre lo que cada persona disfruta y “una voluntad de complacer de formas que puedan ser cómodas para ambos”.

“Puedes hacer esto creando una lista de cosas que les gustan, no les gustan y tal vez podrían gustarles. Luego, comunícale tus preferencias y fijen una palabra segura (de advertencia) en caso de que algo se sienta incómodo para mantener las cosas consensuadas. Lo principal es participar en la diversión”, agregó.

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5. Películas, música y series de televisión

“Me sorprende cuánta gente cree que ha encontrado la persona ideal porque han conocido a alguien a quien le gustan los mismos programas de televisión, bandas y películas que a ellos“, plantea el psicólogo Ryan Howes.

Estas preferencias te darán temas iniciales fáciles para conversar, “pero el éxito a largo plazo de una relación, se basará en temas mucho más importantes, como lo que valoras, lo bien que te comunicas y tus expectativas sobre la lealtad, la familia, las expresiones de amor, el tiempo a solas, etc”, enfatiza.

“Es posible que a ambos les encante Ke$ha y Arrested Development, pero si tienen expectativas totalmente diferentes sobre los niños y su enfoque de la crianza, los problemas en el futuro serán inevitables”, advirtió el especialista.

6. Sentido de la aventura

“Hay muchas parejas felices y saludables que tienen diferentes objetivos en cuanto a viajes y aventuras, y esto no es necesariamente un obstáculo”, comenta Howes.

Sin embargo, primero deben hacer las paces por el hecho de que sus panoramas no son iguales. Esto generalmente provoca que el aventurero lleve a cabo sus hazañas solo o con otros amigos.

“Conozco a muchas parejas que no viajan juntas y aún mantienen relaciones sólidas porque se comunican bien y aceptan estas diferencias. Disfrutan de su tiempo juntos en la mayor medida posible, y la persona hogareña se siente lo suficientemente segura como para permitir que su compañero explore los confines de la Tierra por su cuenta”, explica.

Pexels
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7. Capacidad para socializar

“La gente no necesita tener el mismo deseo de socializar para llevarse bien”. Así lo plantea Samantha Rodman, psicóloga y coach de citas.

De este modo, destaca que muchas parejas funcionan mejor porque uno es más hogareño, mientras que el otro socializa con más frecuencia.

“Siempre y cuando ambos respeten las tendencias sociales del otro y no se burlen o desechen la perspectiva del otro, los introvertidos y extrovertidos pueden tener matrimonios muy exitosos”, asegura Rodman.

8. Preferencias de limpieza y organización

“No es un requisito que tú y tu pareja tengan el mismo nivel de atención de la limpieza. De hecho, suele no ser el caso. Las parejas que trabajan en esto en mi práctica tienden a reconocer primero que probablemente han tenido una educación diferente sobre las responsabilidades de limpieza y tratan de encontrarse en el medio”, comenta Carroll.

“Algunas parejas necesitan aprender a ayudar con la administración de tareas más seguido, mientras que otros necesitan aprender que su pareja no va a hacer las cosas de cierta manera, por lo que deben dejar de lado las expectativas perfeccionistas para poder disfrutar del tiempo libre”, enfatiza la terapeuta.