Millones de personas sueñas a diario en convertirse en madres o padres. En especial, quienes no pueden concebir a un niño de forma natural y deben recurrir a la ciencia.

Así fue el caso de Simon y Graeme Berney-Endwars, una pareja homosexual de Londres (Reino Unido) que recurrió a alquilar el vientre de una mujer para lograr formar una familia.

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Es así como los hombres se contactaron con una agencia de fecundación in vitro, a la que le expresaron su interés de tener dos hijos. Primero uno de Simon y, luego, otro de Graeme, por el mismo método. Sin embargo, la empresa les dio la idea de tener los dos al mismo tiempo, según contaron en una entrevista en el programa de Victoria Derbyshire en el medio británico BBC.

Aunque al principio quedaron sorprendidos con la propuesta, decidieron seguir adelante y continuar con el próximo paso: encontrar una donante de óvulos. La agencia seleccionó a una anónima de Estados Unidos, motivo por el que viajaron a Las Vegas para fecundar los óvulos, la mitad por Simon y la otra por Graeme.

Una vez fertilizados, los óvulos fueron guardados hasta que la pareja encontrara a la mujer que los llevaría en su vientre. Nuevamente buscaron fuera de su país y dieron con una madre de alquiler en Canadá.

“Escogimos Canadá porque nos gusta el marco legal que tienen”, expresaron puesto que en dicho país la tutela de los bebés pasan de inmediato a los padres, no como en Reino Unido, en donde el certificado de nacimiento es emitido con el nombre de la madre y ella cuenta con seis semanas si se queda con los recién nacidos.

Así llegaron a Meg Stone, a quien le implantaron los embriones fecundados, que habían permanecido congelados algunas semanas, y quien los llevó en su útero por todo el embarazo.

Durante este proceso, los padres vieron las ecografías de los fetos a través de videollamada. “Recuerdo que nos sentamos en la mesa del comedor durante dos horas, pasando de la euforia al llanto”, expresó Simon al respecto.

Los bebés nacieron en el mismo parto, tal como hermanos mellizos pero con la misma madre (óvulos) pero con distintos padres.

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Graeme y Simon viajaron seis semanas antes del nacimiento de Calder y Alexandra, sus hijos biológicos respectivamente, por una falsa alarma. Ambos bebés nacieron totalmente sanos. “Nos quedamos impresionados por la ciencia y el éxito que tuvo”, dijo Graeme.

A 19 meses de ese momento, los cuatro son una familia que los padres no dudan presumir con orgullo en redes sociales. A pesar que no descartan tener más hijos aseguraron que se sienten felices con la familia que formaron. La pareja aún tiene nueve embriones congelados por si así lo desean.

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