Los niños no nacen siendo sexistas, pero a medida que crecen inmersos en una sociedad donde aún se cree que mujeres y hombres deben seguir ciertas pautas de comportamiento, van aprendiendo que ellos y ellas no merecen ser tratados de igual manera. Afortunadamente, eso de a poco está cambiando.

Anna Dubraska Izaguirre, una diseñadora de modas venezolana radicada en Francia, compartió la experiencia que vivió con su pequeño hijo en la playa para graficar cómo el machismo incluso se manifiesta en los niños, pero también para dejar claro que podemos modificar esas conductas.

“Aprovecho un ratico para hablarles del machismo. Especialmente del machismo y los niños. Durante nuestras vacaciones, me tumbé al sol boca abajo para desmarcar la línea del bikini del día anterior, para ello desabroché la parte de arriba de mi traje de baño, pero estaba tumbada, mis senos no se veían porque la verdad siempre he sido un poco penosa (vergonzosa) en ese sentido, incluso en una playa en donde casi todas las mujeres iban en topless. Mi hijo, que me veía desde el mar se acercó un poco alterado y me dijo ‘¿Qué se supone que estás haciendo?’ A lo que respondí: ‘Se supone que me estoy bronceando’. ‘¿Y para eso tienes que estar así? Tú no eres como esas mujeres’. ‘¿Y como son esas mujeres?”’ (dijo ella). ‘Unas putas’, me contestó”, comenzó su relato en una publicación en su página de Facebook.

“Tras esa última afirmación yo sólo quería enterrarle la cabeza en la arena y darle una paliza, pero me contuve y le respondí ‘pues, sí que soy’ y comencé a levantarme y para ir al mar. ‘¿Qué haces mamá? Pero ¿qué haceeessss?’ (bociferó el niño). Él hubiera preferido que lo hiciera tragar arena. Parecía que se le explotarían las venas de la cara. Me fui a bañar y nadé unos 10 minutos así, la sensación era divina, era de estar en el mar en total libertad y me encantaba”, agregó.

La mujer comentó que el niño más tarde se disculpó, pero insistió en que se tapara. “Mi hijo llegó y me dijo: ‘está bien, lo lamento, no son unas putas, por favor ve a vestirte’. A la mayoría de los hombres les gusta creer que sus madres, esposas e hijas no tienen derecho a ser libres, a ser mujeres y menos putas, sólo lo tienen a ser madres, esposas e hijas. ‘No gracias, estoy muy bien así’ (contestó ella). Creo que el tenía ganas de llorar y de golpearme y las contenía ambas en la expresión de su rostro”, indicó.

“Así pasé un rato más, luego me tapé porque el sol haría desastres en mis senos, que no lo conocían y le expliqué a Enrique: ‘Los pezones de las mujeres no tienen nada de malo, son iguales a los masculinos y las mujeres tienen todo el derecho de estar como les provoque y cómo se sientan más cómodas, eso no las hace unas putas. Mira a tu alrededor, hay mujeres en topless de 60 años y hay niñas de 9, nadie las mira y nadie les falta el respeto porque es su derecho estar como ellas quieran, vivir su libertad, el que debes cambiar eres tú con esa mentalidad de pequeño dictador machista, porque son las personas que piensan como tú las que dañan la sociedad y las que ponen en peligro a las mujeres“, siguió su relato.

Finalmente, Anna reflexionó que “no lastimar a una mujer no es suficiente, suficiente es darle libertad de decidir sin ser juzgada, es necesario para transformar la sociedad y que los violadores y abusadores dejen de sentirse apoyados en excusas que no tienen lógica y es nuestro trabajo como madres enseñar a nuestros varones que aunque nosotras no seamos de un modo, no quiere decir que las demás están equivocadas”.

La publicación ya reúne más de 6 mil compartidos, 12 mil reacciones y más de mil comentarios desde que fue posteada por la diseñadora el 30 de agosto.

En Instagram compartió una versión similar de la publicación aunque sólo con la reflexión final.

BioBioChile intentó contactarse con Anna, pero aún no ha obtenido respuesta.