En 1995, un trágico accidente cambió la vida de la estudiante Claire Freeman. Durante un viaje en auto, su madre se quedó dormida al volante.

El vehículo se desvió de la carretera en Nueva Zelanda y se estrelló tras rodar por un acantilado.

Claire sufrió una lesión grave en la médula espinal y fue trasladada en helicóptero hasta el Hospital Base de Auckland, donde permaneció en coma inducido durante dos semanas.

En ese entonces, los médicos le dieron menos de 10% de probabilidades de sobrevivir. A pesar de las dudas, logró superar tres cirugías, incluida una para conectar su vejiga a una bolsa externa.

Después de un año de operaciones, la joven quedó cuadripléjica. Desde ese entonces, Claire ha tenido que movilizarse en una silla de ruedas.

Sin embargo, su condición no fue impedimento para que persiguiera su sueño. Mientras se recuperaba, comenzó a estudiar para sacar su título de diseño en Wellington.

Asimismo, en febrero de 2018 se acercó una agencia de modelos italiana y desde ese entonces ha participado en diferentes pasarelas de Milán, para la Semana de la Moda.

Por otra parte, Claire decidió no regresar a su ciudad natal en Whangarei. “Estaba demasiado humillada y no quería que nadie me viera usando una silla de ruedas”, reconoció en entrevista con el diario electrónico Metro.

“Me sentí como un monstruo total. No conocía a nadie que estuviera discapacitado, y odiaba el hecho de que no pudiera caminar”, reconoció.

“Despreciaba mi nuevo cuerpo roto y me ponía ropa holgada negra. Me escondía cuando podía“, añadió sobre esta compleja etapa de recuperación.

“Crecer después del accidente fue extremadamente difícil”, admitió Claire, describiendo que el campus universitario era totalmente inaccesible y no se relacionaba con sus compañeros. “Pasé los primeros tres años sin hablar con un solo estudiante debido a que era extremadamente tímida, y estaba avergonzada por tener que usar una silla de ruedas”, señaló.

No obstante, el gran cambio en su actitud se provocó cuando decidió exponer su vida y sus sentimientos a través de su cuenta de Instagram.

“Acumulé muchos seguidores. Me conecté con otras personas que estaban en la misma situación y, por primera vez, me sentí feliz y tenía un propósito“, reflexionó.

En este contexto, admitió que si bien en un principio se escondió de la gente, ahora se considera una sobreviviente. “Me siento orgulloso de quién soy y dónde he estado”, añadió Claire.

“Mi silla de ruedas es parte de lo que soy, al igual que un amputado siente que su prótesis es parte de su cuerpo”, comparó la joven modelo.

Por otra parte, su madre se mudó a Wellington para estar con ella. “He vivido la vida más espectacular en muchos aspectos”, agregó, a pesar de las adversidades.

“Siento que soy una mejor persona después de haber sufrido esta lesión. No digo que sea fácil, no lo es, pero es gratificante. A través del estudio, me di cuenta de cuánto trabajo hay que hacer con respecto a las percepciones de la sociedad sobre las personas con discapacidad“, finalizó.