Una potente historia de esfuerzo y superación protagonizada por una mujer ha generado diversos comentarios y debates.

La protagonista es Yessica Ulloa, quien a través de una publicación en el periódico La Tercera narró cómo logró pagar su carrera de abogada planchando camisas.

“Soy hija de un matrimonio que tuvo 5 hijos. Mi mamá murió cuando yo tenía 13 años, estaba en octavo básico. Vivíamos de allegados en un terreno de mi abuelo, en una mediagua con dos piezas. Mi papá era alcohólico y falleció hace casi un año”, comenzó relatando.

“Mi mamá siempre quiso que yo fuera a estudiar a una ciudad más grande, porque vivíamos en un pueblo rural llamado Renaico, donde las posibilidades de estudiar o trabajar eran nulas, sobre todo para gente pobre como nosotros”, agregó.

Luego de estudiar en un colegio técnico profesional en Angol, Ulloa se trasladó hasta Concepción para hacer su práctica de Técnica en Educación Parvularia. Ocho meses después sacó su título.

Soy hija de un matrimonio que tuvo 5 hijos. Mi mamá murió cuando yo tenía 13 años, estaba en octavo básico. Vivíamos de allegados en un terreno de mi abuelo, en una mediagua con dos piezas. Mi papá era alcohólico y falleció hace casi un año
- Yessica Ulloa

A los 19 años se fue a Santiago, en donde -admite- el cambio fue complejo. Tras desempeñarse por tres años y medio como niñera, se matriculó en la Universidad de Los Lagos para una carrera técnica jurídica.

Gracias a los contactos que hizo, comenzó a ir los fines de semana a Santa María de Manquehue y a La Dehesa para planchar

“Un día en clases de derecho tributario, uno de mis profesores avisó que había prueba al día siguiente. Yo me enojé porque encontraba que no podían poner prueba con un día de aviso, sobre todo para quienes trabajábamos y estudiábamos”, señaló Yessica.

“Su respuesta fue simple: no estudie, no más. Y yo, bien chora, le respondí: me carga el derecho tributario, pero soy seca planchando camisas. Como diciéndole: si quiero no estudio y me dedico a esto. El profe me dijo: haga lo que quiera”, complementó.

Tras terminar su carrera, que duró tres años, se fue a trabajar de procuradora para el Banco del Estado, en donde un día se encontró en el ascensor con el profesor de derecho tributario.

“Su respuesta fue simple: no estudie, no más. Y yo, bien chora, le respondí: me carga el derecho tributario, pero soy seca planchando camisas. Como diciéndole: si quiero no estudio y me dedico a esto. El profe me dijo: haga lo que quiera”
- Yessica Ulloa

“Me dice: señorita Ulloa ¿qué anda haciendo por aquí, ya es abogado? Ahí le respondí: ¿Con qué plata?, si como procuradores pagan una mugre, no da ni para comer. Me quedó mirando y me dijo: ¿Se acuerda que me dijo que era buena para planchar camisas?; vaya a plancharme las camisas si le pagan muy poco aquí”, contó.

Comenzó a ir una vez a la semana, planchando las camisas tanto del académico como la de un amigo suyo. “En eso estuve como 2 años”, añadió.

Esto le permitió matricularse en marzo de 2011 en la carrera de Derecho en la Universidad Iberoamericana.

“Pagaba mi mensualidad y vivía en un departamento estudio. Recién ahí pude postular al Crédito con Aval del Estado: me dieron un porcentaje que me cubrió un poco de la carrera”, recordó.

En las mañanas trabajaba como procuradora, en la tarde estudiaba en la universidad y finalmente iba a hacer aseo a una oficina.

“Pagaba mi mensualidad y vivía en un departamento estudio. Recién ahí pude postular al Crédito con Aval del Estado: me dieron un porcentaje que me cubrió un poco de la carrera”
- Yessica Ulloa

“Terminé de estudiar en el 2015, hice mi práctica de la que salí evaluada con sobresaliente, aprobé el grado y juré. En lo único que pensaba ese día era: Esto se acabó, voy a ir a jurar y a dormir, sin sentimiento de culpa. No siento que mi vida haya sido una tortura”, reflexionó Ulloa.

“Sí hubo momentos difíciles y uno piensa que ha nadado mucho y que te vas a ahogar antes de llegar a la orilla, pero siempre recordé lo que me decía mi abuela: el destino lo cambias tú, así que llora menos y avanza más. Por eso no tengo problema en decir que pagué mi carrera de abogada planchando camisas”, añadió.

Su historia dejó diversas reacciones y reflexiones en redes sociales, en donde los usuarios la felicitaron y alabaron por su esfuerzo y determinación.

Para ver la publicación original en La Tercera, puedes ingresar en este enlace.