Como parte de sus acciones para facilitar el bienestar laboral, algunas empresas se están sumando a la tendencia de vestir de manera cómoda en el trabajo de lunes a viernes.

Desde marzo, la empresa de subcontratación Grupo Cygnus dejó en libertad a sus colaboradores para usar la ropa que sea más afín al estilo de cada cual para ir a trabajar.

Hoy, en esta compañía se ven colaboradores con jeans rasgados, poleras de algodón con estampados como Star Wars y Mickey Mouse, zapatillas deportivas, buzos de gimnasia, cabezas rapadas en sus costados y tatuajes descubiertos.

También coexisten quienes mantienen un estilo más formal –con camisa o blusa, y zapatos- con otros más informales, pues “la idea no es vestir informal o casual, sino sentirse cómodo. Y si alguien se siente cómodo con traje dos piezas, está perfecto”, explica Leire Cosgaya, gerente de Transformación Cultural de Grupo Cygnus.

“Cuando se planteó tener ‘viernes de jeans’, reflexionamos por qué sólo los viernes, si uno tiene que trabajar igual de bien y a gusto de lunes a viernes”, aclara.

Efectos positivos

Según la experta, vestir de manera cómoda en el trabajo es parte de un proceso de transformación cultural orientado alcanzar bienestar laboral, pues “facilita que las personas se sientan bien, a gusto, confiadas y en plenitud en el trabajo. Ayuda a la armonía entre lo que la persona piensa, siente, dice y hace, y que sea más genuina”.

Permitir que las personas vistan de manera auténtica, como se sienten e identifican, ayuda a que se conozcan tal como son, lo que genera mayor confianza entre colaboradores de un equipo de trabajo. “Hoy vemos que las personas se saludan de manera más cercana y natural. Si alguien ocupa una polera con estampado Star Wars, otro conoce sus gustos, entabla una conversación y se produce conexión”, explica.

Además, Cosgaya destaca, cuando los colaboradores se sienten identificados y cómodos con lo que visten, mejoran las condiciones ambientales para que realicen su trabajo con mayor eficiencia y entusiasmo. La comodidad en el vestir facilita trabajar con mayor fluidez, sin distraerse con un vestuario o zapatos inconfortables, asegura.

Finalmente, dar libertad para vestir en el trabajo puede intensificar el compromiso con la empresa, pues es un beneficio emocional. Según Leire Cosgaya, este compromiso ayuda a retener talento, porque vestir a gusto hace que el puesto de trabajo sea más atractivo.