Pronto comenzará la inmunización contra la Influenza, fecha que se adelantó al 16 de marzo por la alerta del coronavirus. Si bien la vacunación ayuda a la salud de las personas, algunas le tienen fobia a la inyección y desisten de ella.

Este miedo irracional a los pinchazos y a las agujas se llama tripanofobia. Aunque sus síntomas no revisten gravedad, puede llegar a poner en peligro la salud de quien la padece al evitar las vacunaciones.

María Antonieta Rodríguez, jefa de la unidad de vacunación de la Clínica Alemana, explicó a Página 7 que este miedo “se manifiesta más evidentemente en los niños que en los adultos. Diría que principalmente por una mala experiencia anterior o porque hay una asociación por lo que le dicen los padres a los hijos: ‘si no te portas bien, te voy a poner una inyección’“.

Y agrega: “En el adulto puede llegar hasta una lipotimia o pérdida de conocimiento. Generalmente pasa después de haber administrado la vacuna, producto del estrés que genera en ellos”.

¿Cómo enfrento esta fobia?

La especialista indica que en los niños es esencial la colaboración de los padres, sobre todo si se puede “vacunar a un adulto antes para que el niño vea que éste no se asusta”.

Rodríguez explica que la clave es relajarse, así el dolor no se sentirá pues la musculatura estará distendida. Para lograrlo, da tres importantes consejos:

1. Racionalizar el miedo: Preguntarse cuál fue la experiencia traumática que generó mi miedo.

2. Objetivar: Conocer qué es lo que me van a hacer y para qué sirve. Saber que el proceso solo tomará unos segundos.

3. Concentrarse en la respiración: ponerse tenso durante la inyección hará que esta duela más. Por ello es mejor contar hasta diez y respirar, esto ayudará a estar más dispuesto a recibir el pinchazo.