El jueves, el futbolista Nicolás Castillo pasó de hacer noticia en la cancha a acaparar portadas por su salud, ya que sufrió una trombosis en la arteria femoral superficial.

Lo anterior ocurrió tras una cirugía debido a una lesión al tendón de un recto femoral.

Desde su club, el América de México, adelantaron que se desconoce cuánto será el tiempo de recuperación que necesite, por lo que en Chile algunos ya asumen que podría ausentarse del arranque de las clasificatorias al mundial de Catar 2022.

¿Pero, qué es la trombosis? De acuerdo al Ministerio de Salud, la trombosis es la obstrucción de una o más arterias por un coágulo, que se denomina “trombo”, el que “puede ocasionar obstrucción de otros vasos a distancia (émbolos)”.

Desde el Departamento de Calidad y Seguridad del Paciente de la cartera de Gobierno explicaron que existen dos aristas para esta enfermedad: la trombosis venosa profunda, que generalmente afecta a las extremidades inferiores; y la embolía de vasos pulmonares.

Por su parte, la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia advirtió que esta afección es la “patología subyacente de un infarto de miocardio, ictus tromboembólico y tromboembolia venosa (TEV)”.

Las anteriores son las tres principales enfermedades cardiovasculares causantes de muerte.

Aparte de un correcto examen clínico, Humberto Pizarro, cirujano vascular de Clínica Dávila, afirmó que para su confirmación se debe realizar una ecografía doppler venosa, un examen de imágenes que permite advertir o descartar la presencia de trombos en el sistema circulatorio.

Desde la Clínica Alemana, en tanto, detallaron que los signos de la trombosis habitualmente son dolor, aumento de volumen, enrojecimiento o calor en el área afectada.

“Si el trombo que está en las venas de las piernas se desprende, forma un émbolo que viaja por todo el territorio venoso y se puede impactar en la circulación arterial pulmonar, lo que constituye un tromboembolismo pulmonar”, señaló el hematooncólogo Alejandro Berkovits.

“Esta es la complicación más temida de la trombosis venosa profunda, dado que tiene una mortalidad asociada, sin tratamiento, de 30%”, detalló.